domingo 14 de septiembre de 2025 - Edición Nº5283

Información General | 14 Sep

Ducha fría o caliente: cuál elegir después de entrenar

09:00 |¿Alguna vez te quedaste dudando frente a la ducha después de entrenar: fría o caliente? Esa decisión puede marcar la diferencia entre recuperarte rápido o sentir dolor muscular al día siguiente.


¿Alguna vez te quedaste dudando frente a la ducha después de entrenar: fría o caliente? Esa decisión puede marcar la diferencia entre recuperarte rápido o sentir dolor muscular al día siguiente. Vamos a desmenuzar cómo cada opción impacta tu cuerpo y cuándo conviene elegir una sobre la otra.


Beneficios de la ducha fría después de entrenar


El agua fría tiene efectos concretos en la recuperación. Disminuye la inflamación y el dolor muscular, algo clave después de entrenamientos intensos. Según Verywell Health, el frío ayuda a reducir la creatina quinasa y el lactato, compuestos que se acumulan en los músculos y generan dolor de aparición tardía.

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Además, tomar una ducha fría puede:

  • Mejorar la sensibilidad a la insulina.

  • Favorecer la quema de grasa corporal.

  • Fortalecer el sistema inmunológico.

  • Beneficiar la salud cardiovascular.

Muchos deportistas aseguran que salir de la ducha fría les da una sensación de energía renovada, especialmente después de entrenamientos exigentes. Investigaciones publicadas en Frontiers in Physiology respaldan estos efectos, confirmando que la crioterapia post-ejercicio reduce el dolor y acelera la recuperación muscular.


Ventajas de la ducha caliente para el rendimiento


El agua caliente tiene beneficios distintos, sobre todo si buscás mejorar tu desempeño en la próxima sesión de entrenamiento. Aumenta el flujo sanguíneo hacia los músculos, lo que ayuda a recuperar elasticidad, movilidad y reduce la rigidez.

Verywell Health recomienda la ducha caliente si planeás competir al día siguiente o entrenar varias veces en el mismo día. Además, ofrece relajación y calma mental, factores que también contribuyen a recuperarse mejor. Un estudio sugiere que la temperatura ideal ronda los 40 °C, evitando el agua demasiado caliente que podría generar efectos adversos.

Algunas investigaciones, como la publicada en Scandinavian Journal of Medicine & Science in Sports, indican que alternar duchas frías y calientes potencia la recuperación: estimula la circulación y maximiza la reparación muscular.


Cómo decidir entre fría y caliente


La elección depende de tus objetivos:

  • Ducha fría: si querés reducir dolor muscular e inflamación y sentirte energizado.

  • Ducha caliente: si buscás rendir mejor en próximas sesiones o recuperarte entre entrenamientos el mismo día.

Como resume Verywell Health, el agua fría ayuda a aliviar molestias, mientras que la caliente puede potenciar tu rendimiento físico.


Hábitos que potencian la recuperación


Independientemente de la temperatura del agua, combinar estos hábitos mejora los resultados:

  • Fase de enfriamiento: movimientos suaves al final del entrenamiento.

  • Hidratación: reponer líquidos perdidos.

  • Nutrición: proteínas y suplementos como creatina ayudan a reparar músculos.

  • Descanso: dormir bien permite que los músculos se fortalezcan.

Elegir entre ducha fría o caliente no es solo cuestión de gustos: es estrategia para recuperarse mejor y rendir al máximo. ¿Querés saber cómo incorporar estas duchas en tu rutina diaria para entrenar con más energía?

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