

Muchos creen que el tabaco solo daña los pulmones, pero un estudio reciente presentado en el congreso anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Viena demuestra que su impacto va mucho más allá. Los expertos advierten que el consumo de tabaco eleva las probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2, y especialmente sus formas más graves.
El trabajo liderado por Emmy Keysendal y su equipo del Instituto Carolina analizó datos de miles de personas en Noruega y Suecia. Descubrieron que quienes han fumado alguna vez, ya sea en el pasado o actualmente, tienen un riesgo mayor de presentar cualquiera de los cuatro subtipos de diabetes tipo 2 identificados. Esto no quiere decir que fumar sea la única causa, pero sí un factor que potencia la enfermedad.
La diabetes tipo 2 no es igual para todos. Según el estudio:
SIRD (resistencia grave a la insulina): las células no responden bien a la insulina y absorben menos glucosa.
SIDD (deficiencia grave de insulina): el cuerpo produce poca insulina.
MOD (leve asociada a obesidad): aparece en personas jóvenes con sobrepeso.
MARD (leve asociada a la edad): suele desarrollarse en adultos mayores.
Hasta ahora, se desconocía si los factores de riesgo, como fumar, afectaban igual a todos los subtipos.
El equipo de Keysendal revisó datos de 3.325 personas con diabetes tipo 2 y 3.897 controles, con un seguimiento de hasta 17 años. Los resultados fueron claros: fumar aumenta el riesgo de cualquier subtipo, pero el efecto es más fuerte en la variante con resistencia grave a la insulina. Los fumadores tienen 2,15 veces más probabilidades de desarrollar este subtipo que quienes nunca fumaron.
Además, el tabaquismo podría explicar más de un tercio de los casos de SIRD, mientras que en los otros subtipos la relación no supera el 15%. Los consumos intensivos, como fumar 20 cigarrillos diarios durante 15 años o usar "snus" en hombres suecos, elevan aún más el riesgo.
El estudio también mostró que quienes tienen predisposición genética a la diabetes tipo 2 y fuman mucho son los más vulnerables. Por ejemplo, una persona con riesgo genético de deficiencia de insulina y gran consumo de tabaco tiene 3,52 veces más probabilidad de desarrollar SIRD que alguien sin esos factores.
Los expertos concluyen que dejar de fumar es una medida clave para reducir el riesgo de diabetes tipo 2. Además, conocer la información genética puede ayudar a identificar a quienes necesitan más apoyo para abandonar el tabaco.
Si todavía estás pensando en encender tu próximo cigarrillo, este estudio deja claro que el impacto va más allá de los pulmones: tu riesgo de diabetes tipo 2 también está en juego.