

Por: Jonatan Anaquin
Después de arrasar en los cines, “Superman” de James Gunn ya está disponible en HBO Max, consolidando su lugar como una de las mejores películas de superhéroes de los últimos años. La llegada a la plataforma de streaming marca un momento clave para DC Studios, que apuesta fuerte por este relanzamiento de su universo cinematográfico.
El filme es mucho más que otra historia de orígenes. Gunn toma un riesgo narrativo importante al situar al espectador en medio de un mundo ya habitado por metahumanos, sin detenerse en explicar lo que todos conocen: el origen de Clark Kent. Esta decisión no solo dinamiza la historia, sino que le da un tono fresco y urgente, como si se tratara de la secuela de una película que nunca vimos, y que sin embargo entendemos de inmediato.
La puesta en escena tiene alma punk, algo que Gunn convierte en el sello de su versión de Superman. El héroe no es solo un salvador idealizado, sino un personaje que se enfrenta a un mundo desconfiado, a los medios, a las redes sociales y a oponentes poderosos como Lex Luthor, que personifican la resistencia del poder económico y científico ante alguien que no pueden controlar.
David Corenswet logra una interpretación carismática y vulnerable que recuerda al espíritu clásico de Richard Donner, pero con un tono más actual. Sus valores de esperanza, justicia y humanidad son el eje central de la película, en un contexto donde esas ideas parecen estar en peligro de extinción. Gunn no teme usar el cine de superhéroes para hablar de desigualdad, poder corporativo y polarización social, haciendo que Superman vuelva a tener un papel relevante en el debate cultural.
El resultado es una película espectacular, emotiva y divertida, que funciona tanto para el público masivo como para quienes esperaban algo más que efectos especiales. Su paso a HBO Max abre la puerta a nuevas audiencias que podrán descubrir —o revisitar— esta versión del hombre de acero, que combina entretenimiento con un discurso que invita a reflexionar.