

La política argentina atraviesa una semana de máxima tensión. La crisis interna en el PRO, sumada al reacomodamiento de poder en La Libertad Avanza (LLA), configura un escenario que el propio círculo rojo observa con creciente preocupación. Todo ocurre tras la contundente derrota en las elecciones bonaerenses, que dejó al descubierto falencias en la estrategia electoral y desató una serie de recriminaciones públicas en el Congreso.
El episodio más simbólico fue el cruce entre Cristian Ritondo y Silvia Lospennato en Diputados, un enfrentamiento que evidenció la falta de alineamiento del bloque PRO. No fue un hecho aislado: semanas atrás, Ritondo había tenido un duro enfrentamiento con Germana Figueroa Casas, lo que refleja el desgaste de una coalición que no logra una postura unificada.
En paralelo, la situación en LLA tampoco es sencilla. El oficialismo ensayó un ordenamiento interno al designar a Santiago Caputo como coordinador estratégico de la campaña nacional y a Pilar Ramírez como responsable de la política. Sin embargo, las tensiones no desaparecieron. Eduardo “Lule” Menem, cuestionado por el escándalo de coimas en el área de discapacidad, sigue siendo defendido por Karina Milei, a pesar de que algunos sectores libertarios lo responsabilizan de fallas en la fiscalización electoral.
El clima de desmotivación se percibe en el grupo de WhatsApp “Diputados de la Libertad”, donde Karen Reichardt denunció irregularidades en la distribución de boletas, minimizadas por el armador bonaerense Sebastián Pareja. Pese a los intentos de ordenar la campaña, la interacción entre los candidatos es mínima y el entusiasmo parece en caída libre.
El gobierno apuesta a recuperar la mística con un acto en el Movistar Arena entre el 6 y el 7 de octubre, donde Milei presentará un nuevo libro con sus discursos, editado por Andrés Mego. Sin embargo, el slogan presidencial “lo peor ya pasó” envejeció en tiempo récord, y el oficialismo enfrenta una agenda parlamentaria adversa con la oposición dispuesta a rechazar sus vetos.
En el plano político, los rumores de cambios en el gabinete suenan cada vez con más fuerza. Se mencionan nombres como Guillermo Montenegro para cargos nacionales, aunque sin confirmaciones. También circula la versión de que Fernando Iglesias podría ser enviado como embajador ante la Unión Europea. Además, en la Cancillería se confirmó el cierre de la Casa Argentina en Roma, lo que fortalece la posición de la cónsul Marina Mantecón Fumadó.
En CABA, el panorama es menos crítico que en Provincia, pero la caída de Patricia Bullrich en imagen y la merma de 7 puntos de Milei preocupan al oficialismo. El futuro político de figuras como López Murphy, Lousteau y Manes añade incertidumbre sobre el reparto del voto opositor.
El círculo rojo, lejos de relajarse, sigue de cerca cada movimiento: desde el viaje de Milei a Nueva York para reunirse con Donald Trump, hasta las especulaciones sobre alianzas y cambios ministeriales que podrían definir el rumbo del gobierno en los próximos meses. La tensión es máxima y el oficialismo enfrenta el desafío de reconstruir la confianza de su electorado antes de octubre.