

Imaginá terminar un encuentro íntimo y, en lugar de compartir un momento con tu pareja, lo primero que hacés es agarrar el celular. Puede parecer inofensivo, pero un estudio reciente muestra que esta costumbre está reemplazando al clásico hábito de fumar post-sexo. ¿Qué impacto tiene en la relación y por qué cada vez más personas caen en este patrón?
La investigación, realizada por la marca de parches de nicotina Klar en colaboración con la educadora sexual Ruby Rare, encuestó a 2.126 británicos, entre fumadores y exfumadores. Los resultados son reveladores: solo el 8% enciende un cigarrillo después del sexo, mientras que uno de cada seis revisa inmediatamente su teléfono.
Los datos muestran que los comportamientos post-sexo varían según el género. El 13% de los hombres tiene como primer instinto mirar el celular, en comparación con apenas el 4% de las mujeres. Este detalle revela que las rutinas tecnológicas se están convirtiendo en un hábito que puede interferir con la conexión de pareja.
Más allá del celular, el estudio detectó distintos patrones:
El 29% conversa en la cama con frecuencia, frente a un 22% que rara vez o nunca lo hace.
El 38% se queda dormido directamente.
El 18% se levanta para tareas de limpieza u organización.
Estos datos muestran que, mientras algunas parejas mantienen la conversación como un hábito, otras optan por la desconexión inmediata, muchas veces vía tecnología.
El estudio revela una paradoja interesante: aunque el sexo debería fortalecer la relación, el 44% admitió sentirse desconectado al revisar el celular después del encuentro. En cambio, el 51% valoró cuando su pareja se queda a charlar. De hecho, la mitad de los encuestados está dispuesta a abandonar ciertas rutinas tecnológicas para mejorar la conexión.
"Acurrucarse" lidera como actividad favorita, elegida por el 42% de los participantes, seguida de la conversación con un 26%. Además, se registran diferencias generacionales: la generación Z tiende menos a conversar (20%) comparada con los millennials más jóvenes (32%).
Este estudio confirma que lo que parecía un simple hábito, como revisar el celular post-sexo, puede afectar la calidad de la relación. Cambiar rutinas y priorizar la conexión humana sobre las pantallas se convierte en una estrategia clave para fortalecer vínculos.
Si querés entender cómo este hábito está cambiando las relaciones y qué prácticas pueden reemplazarlo para mejorar la intimidad, hay un dato que te va a sorprender…