

¿Alguna vez te despertaste de una siesta sintiéndote más confundido que descansado? Lo que pasa es que no todas las siestas son iguales, y la manera en que las hacemos puede marcar la diferencia entre sentir energía o agotamiento. Cleveland Clinic advierte que planificar correctamente este pequeño descanso puede mejorar tu concentración, memoria y estado de ánimo, pero hacerlo mal puede jugar en contra.
La siesta, cuando se toma de forma adecuada, es más que dormir un rato: es una herramienta poderosa para el bienestar emocional y el rendimiento mental. Michelle Drerup, psicóloga y especialista en sueño de Cleveland Clinic, explica que una siesta breve puede ayudarte a sentirte alerta, relajado y con más energía. Esto no solo sirve para los adultos sanos: también es útil para quienes tienen dificultades para dormir por la noche, como muchos adultos mayores.
Entre los beneficios comprobados, Drerup menciona una mejor concentración, tiempos de reacción más rápidos y una memoria más eficiente. Además, quienes duermen la siesta tienden a manejar mejor las emociones y a ser menos impulsivos, lo que impacta directamente en el bienestar emocional y la capacidad de resolver problemas diarios.
La clave está en la duración y el momento del día. Cleveland Clinic recomienda siestas de entre 15 y 30 minutos: suficiente para recargar energía sin entrar en sueño profundo y despertar aturdido. Tomarlas demasiado largas puede afectar tu sueño nocturno y generar somnolencia durante el día.
El horario también importa: evitar las siestas después de las 14:00 o 15:00 es fundamental. Dormir cerca de la noche puede interferir con tu descanso nocturno. Para quienes trabajan de noche, una siesta corta antes del turno puede ser muy beneficiosa para mantener la alerta y el rendimiento mental.
No todos experimentan los mismos beneficios. Si una siesta no te hace sentir renovado, podés combinarla con ejercicio, hidratación o una alimentación equilibrada. Lo importante es adaptar la práctica a tu ritmo y necesidades personales.
A pesar de sus ventajas, las siestas no son para todos. Dormir demasiado durante el día puede alterar el sueño nocturno y afectar tu energía general. Drerup advierte que la necesidad constante de siestas largas podría indicar un trastorno del sueño o un problema médico subyacente, y en esos casos conviene consultar a un profesional.
Recordá: la siesta no reemplaza el sueño nocturno. Los adultos necesitan entre siete y nueve horas de descanso por noche para mantener un estado óptimo de salud y reforzar el sistema inmunitario. Una combinación de sueño nocturno reparador y siestas estratégicas puede potenciar tu bienestar emocional y tu rendimiento mental día a día.
En conclusión, una siesta breve y bien planificada puede ser tu mejor aliada para sentirte renovado y concentrado, pero solo si se respeta la duración y el horario adecuado. ¿Estás listo para probarla y notar la diferencia en tu energía diaria?