

¿Sabías que el dolor de espalda puede tener una solución más simple de lo que imaginás? No hablamos de remedios mágicos ni de rutinas imposibles. Hay un recurso que podés empezar a usar hoy mismo, en tu casa, y que millones de personas en el mundo ya aprovechan para prevenir y aliviar molestias en la columna. Quedate, porque en los próximos minutos vas a conocer cuáles son las posturas de yoga recomendadas para mejorar tu espalda y por qué funcionan.
Pasar horas sentado frente a la compu o en el bondi genera presión en la zona lumbar y tensión en los músculos que sostienen la columna. Con el tiempo aparecen rigidez, incomodidad y molestias que pueden volverse crónicas.
Según The Independent, el yoga se convirtió en una de las prácticas más eficaces para prevenir el dolor de espalda. ¿Por qué? Porque fortalece la musculatura, mejora la postura, aumenta la flexibilidad y ayuda a liberar el estrés acumulado.
La instructora certificada Anabella Landa explicó que incluso 10 a 15 minutos diarios alcanzan para empezar a notar cambios. No se trata de hacer posturas difíciles, sino de moverse con atención y cuidar el cuerpo.
Si ya tenés molestias, los estilos suaves como Hatha, Iyengar o el yoga restaurativo son ideales porque priorizan la alineación y usan accesorios de apoyo. También el Yin Yoga ayuda a liberar tensión en el tejido conectivo. Eso sí: si el dolor es agudo o crónico, siempre conviene consultar antes con un médico o fisioterapeuta.
Estas son las posturas más recomendadas por Landa para empezar hoy mismo:
Estiramiento gato-vaca
Alterná entre arquear y redondear la espalda. Moviliza toda la columna y mejora la circulación entre vértebras.
Postura de la esfinge
Acostado boca abajo, apoyá los antebrazos y levantá el pecho suavemente. Activa la zona lumbar y revierte los efectos de pasar mucho tiempo sentado.
Giro supino
Tumbado boca arriba, llevá una rodilla al pecho y cruzala hacia un costado. Relaja la zona lumbar y estira los músculos de la espalda.
Postura del puente
Acostado boca arriba, flexioná rodillas y levantá la cadera. Fortalece glúteos y lumbares, abre el pecho y aporta estabilidad a la columna.
El yoga no busca cuerpos perfectos ni posturas extremas, sino movimientos conscientes que cuiden tu bienestar. Incluso la postura del niño, simple y relajante, es efectiva si se repite con constancia.
Como resume The Independent, la práctica regular fortalece los músculos de soporte, mejora la circulación y ayuda a prevenir el dolor de espalda en la vida cotidiana: después de trabajar, de viajar o hasta de dormir en una cama incómoda.
La clave está en arrancar de a poco, escuchar al cuerpo y sostener la práctica. Porque al final, el yoga no solo mejora la espalda: también trae claridad mental y más energía para el día a día.