

¿Alguna vez te preguntaste por qué algunas personas parecen empezar el día con toda la energía y buen ánimo, mientras otros luchan contra la tristeza apenas abren los ojos? Arthur C. Brooks, psicólogo social de Harvard, ha dedicado su carrera a estudiar la felicidad y compartió su estrategia matutina para reducir el malestar emocional desde el primer momento del día.
Brooks asegura que despertar con ánimo no es un talento innato: se aprende y se practica. Su rutina, respaldada por la ciencia y experiencias espirituales, busca que las emociones positivas superen a las negativas y que la concentración y la energía acompañen desde temprano.
Según el experto, muchas personas sienten que las emociones negativas dominan las primeras horas del día, en parte por las hormonas del estrés tras el sueño. Para medir tu propio estado, recomienda herramientas como la Escala de Afecto Positivo y Negativo (PANAS), que permite identificar la frecuencia de emociones buenas y malas.
Despertar antes del amanecer
Brooks comienza su día a las 4:30, en el momento conocido como brahma muhurta. La ciencia coincide: despertar temprano mejora la atención, la memoria y el estado de ánimo, y permite iniciar la jornada con claridad mental.
Ejercicio físico
Una hora diaria dividida en fuerza y cardio moderado ayuda a regular el ánimo y aporta energía. Brooks enfatiza que la constancia es más importante que el horario exacto.
Práctica espiritual o meditación
Sea misa, oración o meditación, dedicar tiempo a la reflexión personal fortalece la regulación emocional y calma la mente, según muestran múltiples estudios.
Ayuno matutino e hidratación
Durante las primeras tres horas solo consume agua y un multivitamínico. Este hábito prolonga los beneficios del descanso nocturno y aporta claridad mental.
Café tras la práctica espiritual
La cafeína ayuda a bloquear receptores que generan somnolencia y, al mismo tiempo, disminuye el afecto negativo, potenciando la concentración en lo que sigue del día.
Desayuno nutritivo y rico en proteínas
Yogur griego, frutos secos, frutos rojos y proteína para alcanzar 150–200 gramos diarios. Esto no solo fortalece el cuerpo, sino que también favorece la producción de serotonina, aumentando la sensación de bienestar.
Tras completar estos pasos, Brooks dedica las primeras horas a escribir, investigar o preparar conferencias, evitando reuniones y distracciones. Este periodo de silencio permite entrar en un estado de flow, donde productividad y estabilidad emocional se potencian mutuamente.
La clave de esta rutina matutina no está en seguirla al pie de la letra, sino en adaptarla a tus necesidades y mantener disciplina y paciencia. Experimentar y ajustar hábitos propios es lo que realmente permite aumentar felicidad y comenzar cada día con equilibrio emocional.