

El próximo sábado a las 14.30, el fútbol argentino vivirá un momento de esos que quedan grabados en la memoria de los hinchas. Ángel Di María, ídolo de Rosario Central y una de las máximas figuras del fútbol argentino de los últimos años, debutará en el estadio del Bosque, la histórica cancha de Gimnasia y Esgrima La Plata.
El contexto del partido no podría ser más interesante. Central, dirigido por Ariel Holan, llega con la necesidad de sumar puntos para escalar posiciones en la Zona B, manteniendo viva su aspiración de pelear por el campeonato. Gimnasia, en cambio, atraviesa un momento de tensión: los dirigidos por Alejandro Orfila buscan evitar el descenso en la tabla anual, lo que convierte cada encuentro en una verdadera final.
Más allá de lo deportivo, el encuentro tendrá un valor especial en la carrera de Di María. Aunque su nombre suena desde hace años en las principales ligas de Europa y en la Selección Argentina, será la primera vez que el rosarino juegue en 60 y 118, en el mítico Juan Carmelo Zerillo. En su primer ciclo con el Canalla, allá por 2006, enfrentó a Gimnasia en dos oportunidades, pero ambas en el Estadio Único Diego Maradona, por lo que esta visita tendrá un sabor diferente.
En marzo de ese año, Gimnasia goleó 3-0 a Central, con Di María ingresando desde el banco para reemplazar a Marco Rúben. Meses después, en septiembre, el conjunto rosarino ganó 1-0 en La Plata, aunque el mediocampista no sumó minutos. Esta vez, el escenario será otro: Di María es hoy campeón del mundo, referente del fútbol argentino y emblema de Central, lo que agrega un componente de expectativa sobre cómo será recibido por el público tripero.
El Bosque platense, uno de los estadios más antiguos e históricos del fútbol argentino, será testigo de un cruce con condimentos especiales. Por un lado, el Canalla llega motivado para acortar distancias con los líderes; por el otro, Gimnasia sabe que cada punto es vital para mantenerse en Primera.
La presencia de Di María suma un atractivo adicional: no solo se trata de un partido, sino de un encuentro simbólico entre un jugador que marcó la historia reciente del fútbol mundial y una de las canchas con mayor identidad del país.