

El 26 de octubre, los ciudadanos argentinos volverán a las urnas para elegir 127 diputados y 24 senadores nacionales. Esta vez lo harán con la Boleta Única de Papel (BUP), un sistema que busca simplificar y transparentar el sufragio. Sin embargo, con este nuevo esquema también llegan mayores responsabilidades y sanciones para los electores.
De acuerdo al artículo 71, inciso G, del Código Electoral Nacional, está prohibido tomar fotografías de la Boleta Única durante los comicios. La medida apunta a proteger el secreto del voto y evitar posibles presiones o compra de sufragios.
Quien sea sorprendido sacándole foto a su boleta en el cuarto oscuro podrá ser sancionado con una multa de hasta 200 módulos electorales, según lo establece el artículo 128 de la ley electoral.
Actualmente, la Cámara Nacional Electoral fijó el valor del módulo en 385,31 pesos, lo que significa que la sanción económica podría llegar a 77.062 pesos.
Esta cifra funciona como un disuasivo fuerte para quienes pretendan documentar su voto, ya sea por descuido, humor o presión de terceros.
El día de la elección, el procedimiento será sencillo pero estricto:
Identificación: el elector se presenta en la mesa con su DNI.
Entrega de material: el presidente de mesa le dará una BUP y un bolígrafo.
Ingreso a la cabina: se ingresa solo y en secreto.
Selección: se marca una opción por categoría (en Provincia de Buenos Aires, solo se votan diputados nacionales).
Doblar la boleta: siguiendo las indicaciones del dorso.
Depositar en la urna: acto final que asegura el carácter secreto del sufragio.
La prohibición de fotografiar la boleta no es un capricho burocrático. Se trata de una medida clave para proteger el voto libre y evitar que los electores puedan ser forzados a demostrar a quién votaron. Resguardar el secreto del voto es un pilar de la democracia.