

¿Sabías que muchas mujeres en la menopausia creen que la baja libido es algo inevitable y sin solución? Esa idea no solo es falsa, sino que puede hacerte perder años de bienestar. Lo que pocas conocen es que la clave para mejorar la salud sexual en esta etapa no está solo en los tratamientos médicos, sino también en entender qué pasa en el cuerpo y cómo responder a tiempo.
La menopausia es un proceso natural, pero los cambios hormonales pueden modificar el deseo sexual, la lubricación vaginal y el disfrute en la intimidad. Estos síntomas suelen aparecer de a poco, y muchas veces no se les da importancia hasta que afectan la relación de pareja o la autoestima. La buena noticia es que existen tratamientos efectivos que pueden cambiar por completo la experiencia.
Durante esta etapa, bajan las hormonas estrógeno y testosterona.
El estrógeno ayuda a mantener la lubricación y elasticidad vaginal. Su disminución provoca sequedad, paredes más finas y dolor al tener relaciones.
La testosterona, aunque está presente en menor cantidad en las mujeres, también influye en el deseo y la excitación. Al caer sus niveles, el interés sexual puede reducirse.
A estos cambios físicos se suman factores emocionales. La reconocida psicoterapeuta Esther Perel destaca que la rutina y el desgaste en relaciones de largo plazo pueden disminuir el deseo tanto como las hormonas. Por eso, el enfoque debe ser integral: cuerpo y mente.
No hay una única solución. Cada mujer necesita un plan adaptado a sus síntomas y a su historia clínica. Estas son las opciones más utilizadas:
Terapia de reemplazo hormonal (HRT): ayuda a equilibrar los niveles de hormonas. Puede aplicarse con estrógenos tópicos (cremas, óvulos, geles) o en comprimidos. La médica experta en salud hormonal Lara Briden recomienda el estrógeno vaginal como primera elección para la sequedad.
Lubricantes y humectantes: ideales para quienes buscan alivio rápido o no quieren usar hormonas. Los de base acuosa reducen la irritación y el dolor durante las relaciones.
Ejercicios de piso pélvico: como los Kegel, fortalecen los músculos y mejoran el flujo sanguíneo, favoreciendo la respuesta sexual y disminuyendo molestias.
Acompañamiento terapéutico: si el problema está más ligado al vínculo o al aburrimiento, hablar con un especialista en terapia sexual o de pareja puede ser clave para reactivar la conexión emocional.
Con el tratamiento adecuado, muchas mujeres notan mejoras rápidas: menos sequedad, menos dolor, más deseo y, sobre todo, más confianza en su vida íntima. También es común que al recuperar la conexión emocional con la pareja, la intimidad mejore de forma natural.
La menopausia no significa el fin de una vida sexual plena. Con apoyo médico, recursos adecuados y una mirada abierta sobre la relación de pareja, es posible recuperar el bienestar y disfrutar del sexo de manera saludable y satisfactoria.