

Imaginá que abrís tu correo y, otra vez, tu bandeja de entrada está llena de mensajes que no recordás haber pedido. Ahí están: ofertas de viajes imposibles, promociones de productos que ni conocés y esos mails que prometen que con un solo clic podés cancelar suscripción. Parece fácil, ¿no? Pero lo que viene después puede sorprenderte.
Muchos usuarios no saben que esos enlaces pueden ser trampas para ciberdelincuentes. Según TK Keanini, director de tecnología en DNSFilter, “la confianza es relativa. Confío en mi cliente de correo, pero no en lo que está dentro del mensaje”. Esto significa que al salir de la protección de tu correo y hacer clic en un enlace, podés exponerte a riesgos que van más allá de recibir menos mails.
Los ataques más comunes ocurren cuando los delincuentes verifican si una dirección de correo es activa. Michael Bargury, de Zenity, explica que cada clic le confirma al atacante que esa cuenta pertenece a una persona real. Una vez confirmado, el usuario pasa a ser objetivo de nuevas campañas de spam o estafas personalizadas que buscan robar datos o dinero.
Además, algunos enlaces llevan a sitios que imitan perfectamente empresas reales. Allí pueden pedirte tu contraseña o instalar software malicioso. Bargury advierte: “Si te piden tu contraseña para cancelar suscripción, es una alerta roja”. En esos casos, lo más seguro es abrir una ventana nueva y gestionar tus preferencias desde el sitio oficial de la compañía.
No todos los enlaces son peligrosos, pero la regla de oro es desconfiar de remitentes desconocidos. Charles Henderson, de Coalfire, resume: “Si no confiás en el remitente, ¿por qué confiarías en su enlace para darte de baja?”. Incluso los enlaces legítimos pueden confundir: algunas empresas piden completar el email en su web para procesar la baja. Aun así, es mejor precaver y usar herramientas integradas en tu correo.
La alternativa más segura es usar los “list-unsubscribe headers”, que aparecen en muchos proveedores como Gmail y permiten cancelar suscripción desde un entorno protegido, sin abrir páginas externas. Si no están disponibles, marcar los mails como spam o crear reglas que bloqueen remitentes indeseados es igual de eficaz.
Otra estrategia recomendable es usar direcciones de correo desechables al registrarte en promociones o tiendas online. Henderson aconseja crear cuentas específicas para estos fines y descartarlas si empiezan a recibir spam. Plataformas como Apple incluso generan emails temporales que se pueden eliminar fácilmente.
En definitiva, limpiar tu bandeja de entrada no es solo cuestión de hacer clic. Requiere prudencia, herramientas adecuadas y hábitos de seguridad para proteger tus datos y tu identidad digital. La próxima vez que veas un enlace de cancelar suscripción, pensalo dos veces: lo que parece una solución rápida puede convertirse en la puerta de entrada a ciberdelincuentes y más problemas de los que esperabas.