

El Día del Empleado de Comercio, celebrado originalmente cada 26 de septiembre en homenaje a la fundación de la Federación Argentina de Empleados de Comercio (FAEC) en 1945, se trasladó este año al lunes 29. La decisión, impulsada por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), buscó no solo extender el descanso con un fin de semana largo, sino también reducir el impacto económico en un sector atravesado por la inestabilidad y la caída del consumo.
La jornada tendrá un fuerte efecto en la dinámica urbana de La Plata. Supermercados, shoppings, hipermercados y grandes cadenas comerciales no abrirán sus puertas. También se verán afectadas áreas administrativas y de atención al público. En contrapartida, los comercios de barrio podrían mantenerse en funcionamiento, siempre y cuando sean atendidos por sus dueños, familiares o empleados que acepten trabajar.
Según la Cámara Argentina de Comercio y Servicios, los locales no están obligados a cerrar. Sin embargo, los trabajadores que decidan prestar servicio deberán recibir un recargo del 100% en sus salarios, mientras que quienes no lo hagan accederán a un descanso remunerado, sin impacto en sus haberes mensuales.
La fecha busca poner en valor el rol de los empleados de comercio, quienes cumplen funciones que van mucho más allá de la venta de productos. Son quienes asesoran, acompañan y garantizan el funcionamiento cotidiano del engranaje comercial argentino. Su aporte es central en un país donde el sector comercial constituye una de las principales fuentes de empleo.
Este lunes, con las persianas bajas en gran parte de la ciudad, se recordará no solo el origen histórico de la fecha, sino también la importancia de quienes sostienen día a día la relación entre consumo, servicios y comunidad.