

El 29 de septiembre de 1946, en la ciudad de Ensenada, provincia de Buenos Aires, se llevó a cabo una ceremonia de profundo significado para las Fuerzas Armadas Argentinas.
El presidente Juan Domingo Perón, acompañado por su esposa Eva Duarte de Perón, impuso solemnemente la Banda de Generala del Ejército a la imagen de Nuestra Señora de la Merced.
Este acto consolidó una devoción militar que se remonta a los albores de la patria.
La Virgen de la Merced había sido venerada por los ejércitos patriotas durante las guerras por la independencia, y el General José de San Martín le profesaba una especial devoción.
Con esta ceremonia, se formalizaba su designación como Patrona y Generala del Ejército Argentino.
La elección de Ensenada como sede del acto no fue casual: la ciudad bonaerense albergaba importantes instalaciones militares y navales, convirtiéndose en un escenario apropiado para esta ceremonia que unía la tradición religiosa con la identidad castrense.
Desde entonces, cada 24 de septiembre se celebra el Día de Nuestra Señora de la Merced, festividad que el Ejército Argentino conmemora con especial fervor en honor a su Patrona y Generala.