miércoles 1 de octubre de 2025 - Edición Nº5300

Espectáculos | 1 Oct

¿Qué pasó ayer (y por qué no volverá a pasar)?

La resaca que no volvió: el misterio (no tan misterioso) detrás de la ausencia de ¿Qué pasó ayer?

11:30 |No fue una sola causa: confluyeron el cansancio creativo del director, el desgaste crítico/industrial de las secuelas, la lógica económica de los estudios y la lectura —justa o no— de que ya no “encaja” hacer ese tipo de comedia hoy. Aquí te lo explico con datos, declaraciones y un poquito de ironía.


Por: Jonatan Anaquin

El punto de partida es simple: la trilogía explotó, pero se desgastó demasiado rápido. El primer The Hangover (2009) fue un boom cultural y económico; la segunda (2011) recaudó todavía más, aunque con la crítica ya mostrando signos de hartazgo. El golpe llegó en 2013: la Parte III cayó en recepción y en taquilla, con $362 millones frente a los $586 millones de la segunda, y un aplazo masivo de la crítica. El mensaje era claro: la fiesta ya no estaba tan buena.

A eso se sumó la decisión tajante de Todd Phillips, cerebro de la saga, que declaró que la tercera sería el final. Años después, reforzó esa idea con frases que hoy son célebres: la comedia “ya no se puede hacer igual” bajo el escrutinio social actual. Su salida definitiva hacia territorios más oscuros selló el destino. Sin director y sin voluntad artística, una secuela suena tan probable como que te acuerdes de todo lo que pasó en Las Vegas.

En paralelo, los actores también tomaron distancia. Bradley Cooper se lanzó a proyectos de prestigio (A Star is Born, Maestro), Ed Helms y Zach Galifianakis siguieron otros caminos, y aunque más de uno dijo que volvería “por cariño al grupo”, la realidad es otra: Zach directamente admitió en 2025 que no cree que al público le importe demasiado otra entrega. Traducido: nadie quiere ser recordado por exprimir una fórmula muerta.

El otro gran elefante en la habitación es la transformación de Hollywood: la comedia para adultos perdió espacio en salas, desplazada por blockbusters de franquicias, superhéroes e IPs (Propiedad Intelectual) que viajan mejor en el mercado global. Y si encima tu saga tiene fama de repetir chistes y forzar la fórmula, la decisión empresarial se hace sola: no gastar decenas de millones en un revival que puede ser un tiro en el pie.

Narrativamente, además, ya se había estirado demasiado. La segunda fue acusada de ser un calco del original, y la tercera intentó variar, pero sin éxito. Forzar una cuarta entrega habría puesto en riesgo el recuerdo positivo de la saga. A veces, Hollywood prefiere dejar el mito como está antes que arruinarlo con un final bochornoso.

¿Eso significa que The Hangover 4 nunca existirá? No del todo. Ideas hay, rumores sobran y los estudios siempre tienen la billetera lista si huelen nostalgia rentable. Pero mientras Phillips siga diciendo “no gracias” y el género de comedia siga marginado en la gran taquilla, la respuesta se mantiene: la fiesta terminó en 2013, y nadie quiere limpiar el desastre del día después.

En otras palabras: no hay cuarta entrega porque el director se bajó del barco, la crítica les pasó factura, los actores crecieron y la industria cambió de gustos. Y tal vez sea lo mejor. Después de todo, pocas cosas son más tristes que un chiste contado una cuarta vez.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias