

Después de ver a un presidente argentino genuflexo frente a Donald Trump y al FMI, en un triste papel, el lunes a la noche Javier Milei brindó un espectáculo vergonzoso y ridículo, se lo mire por dónde se lo mire, en el estadio Movistar Arena del barrio Villa Crespo en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Nuestro país no merece un mandatario ajeno a la difícil realidad que vive el pueblo, como fruto de un gobierno que ha sumergido a la economía en una profunda recesión y a la política en una comedia.
“Soy el rey, soy el león”, entonó Milei golpeándose el pecho con gesto enojado, mientras sus seguidores vitoreaban recordando aquel viejo proverbio: “cuando un payaso se muda a un palacio, no se convierte en rey. El palacio se convierte en un circo”.
Por Antonio Arcuri
(*) Ex presidente del Fondo del Conurbano Bonaerense y ex secretario Legal y Técnico de la presidencia de la Nación, Ex Ministro de Justicia de la Prov. de Bs. As., Ex integrante del Consejo de la Magistratura de la Prov. de Bs. As. y Presidente de la Asociación Amigos del Museo Histórico 17 de Octubre de San Vicente -sitio donde descansan los restos del General Perón-.