miércoles 8 de octubre de 2025 - Edición Nº5307

Política | 8 Oct

Mirá lo que nos dijo el juez Ramos Padilla

¿Gastarán otros 15 mil millones en reimprimir las boletas para que Milei pierda por menos de 20%? | VIDEO

15:03 |


La Plata – En un clima cargado de tensión política y judicial, la Junta Electoral bonaerense celebró una audiencia decisiva convocada para analizar el pedido de La Libertad Avanza (LLA) de reimprimir la Boleta Única de Papel (BUP), tras la sorpresiva renuncia de José Luis Espert y la pretensión oficial de que Diego Santilli asuma el primer lugar de la lista.

El magistrado federal Alejo Ramos Padilla, con competencia electoral en PBA, alertó con claridad que “la impresión de la boleta única insumió aproximadamente quince días en el proceso anterior”, lo que obliga a considerar los plazos operativos para no arriesgar el acto electoral del 26 de octubre 2025. Como si fuese un reloj con bomba integrada, advirtió que entre hoy y mañana se conocerá su resolución.

La sesión se desarrolló en el Juzgado Federal N° 1 de La Plata, con la presencia de apoderados de las fuerzas políticas, autoridades del Correo Argentino, funcionarios del Ministerio del Interior y del propio ministro de Interior de la Nación, Lisandro Catalán, quien defendió la capacidad del Estado para asumir el costo.

Catalán aseguró que el Ministerio del Interior cuenta con partidas disponibles por más de 15.500 millones de pesos para esta eventualidad, y que en última instancia, lo no usado será devuelto a Hacienda.


Los argumentos que golpearon la mesa


Desde Fuerza Patria y otras alianzas opositoras se alzó una muralla de objeciones: todos coincidieron en que reimprimir boletas con nueva cara no solo es impracticable, sino que quebranta la igualdad procesal electoral y pone en riesgo la legitimidad del sistema.

Eduardo López Wesselhoefft, apoderado del peronismo, fue contundente:

“El acto electoral, si se modifican los talonarios de boleta, corre serio riesgo de no hacerse o, si se hace, se va a hacer de una manera sumamente apurada, no garantizando precisely el bien jurídico protegido que es el instrumento de votación”.
“Ni el PJ ni los partidos que le integran vienen con mal ánimo… pero acá tenemos que pensar primero en el bien jurídico protegido”.

En esa línea, el apoderado Santiago Cúneo arremetió con una frase punzante contra el propuesta liberal:

“No tengo ganas… de que me pague la boleta el Cartel de Medellín… esta boleta la tiene que pagar el Estado”.

Luciano López Alvariño, del espacio libertario, sostuvo que LLA asumiría el costo si la reimpresión prosperaba. Pero ese planteo fue rechazado por la Justicia Electoral.

El costo estimado del proyecto es estratosférico: 12.169.655.000 pesos, según un informe del Ministerio del Interior, cifra obtenida tras consultar imprentas habilitadas y proyectar los costos logísticos de relevar boletas ya impresas.


La batalla por la cabeza de lista


Más allá de la reimpresión, el meollo del conflicto es quién figura en primer lugar. Ramos Padilla ya anticipó que no le dio lugar al pedido oficial de que Santilli reemplace a Espert. En cambio, dispuso que Karen Reichardt encabece la boleta de La Libertad Avanza en PBA.

Santilli reaccionó con firmeza: “No me importa el lugar… estaré donde el presidente me necesite”. En su discurso, afirmó que “lo importante no son los cargos ni la cartelería, lo importante son las ideas del cambio”. “¿Tanto miedo le tienen a la Boleta Única? ¿Tanto miedo le tienen a competir en igualdad de condiciones?”.

La decisión no solo tiene implicancia práctica, sino simbólica: desplazar a una mujer del primer puesto en una alianza donde se busca exhibir discurso liberal y moderno choca con la lógica política actual. Ramos Padilla invocó ya jurisprudencia y normas de género al rechazar el corrimiento automático de la lista.


Tiempos que juegan en contra y amenazas legales


Si la decisión es negativa para LLA, no habrá silencio: el Gobierno anticipó que apelará ante la Cámara Nacional Electoral, desatando una pulseada judicial que va a consumir minutos valiosos.

Pero los tiempos son despiadados: la distribución de boletas debe comenzar para el 16 de octubre, según lo previsto por el Correo Argentino. En varios medios se advierte que ya no hay espacio logístico ni político para modificar masivamente la oferta electoral.

Además, circulan denuncias de que LLA no contempló asumir el costo real de la reimpresión: fuentes periodísticas hablan de una cifra entre 15.000 y 18.000 millones de pesos.

Otro factor es la mesa de redes sociales: en X (ex-Twitter) y otros foros circulan memes, acusaciones cruzadas y comparaciones corrosivas con otros escándalos de la política. Algunos internautas ya hablan de “boleta fantasmal”, “estafa electoral” o “avance fantasma de cartón”.


Qué se juega realmente


  • Legitimidad electoral: Si finalmente se reimprimen las boletas, muchos opositores denunciarán inequidad entre partidos y un “atropello” institucional.

  • Imagen política: Para Milei y su entorno, que Santilli ocupe el primer puesto simboliza control y alineamiento. Que no pueda logra ese corrimiento es un golpe de autoridad de la Justicia electoral sobre el Gobierno.

  • Costos presupuestarios y simbólicos: Que el Estado pague la boleta de un candidato que renunció envuelve riesgos reputacionales y acusaciones cruzadas sobre el financiamiento partidario.

  • Escenario de campaña: Esta disputa alimenta el relato de “chantaje político”, “mafias electorales” y “resistencia al cambio” que LLA intentará usar como bandera.


Sentencia política en horas


Las próximas 24 a 48 horas serán una especie de corte final: Ramos Padilla determinará si autoriza o no la reimpresión. Tras ello, vendrá la apelación, la posible intervención de la Cámara Nacional Electoral y el reloj electoral seguirá avanzando implacable.

 

Si gana el “no reimpresión”, Mil­ei y sus aliados deberán hacer campaña con las boletas ya impresas, con la foto de Espert, mientras Santilli queda relegado al segundo lugar. Si gana el “sí reimpresión”, entrará en marcha una operación logística titánica —y sobre todo simbólica— que será usada como litmus test de fuerza entre el Poder Judicial y el Poder Ejecutivo.

En esta pelea electoral, más allá del contenido de cada boleta, se juega la narrativa: ¿quién define el relato político final? ¿el Gobierno o la Justicia?
Y mientras eso se resuelve, los bonaerenses podrían encontrarse en octubre con una boleta que no los representa… o con una elección herida de origen.

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