miércoles 8 de octubre de 2025 - Edición Nº5307

Deportes | 8 Oct

El adiós eterno a un símbolo xeneize

El gran Miguel: Boca y el fútbol lloran la partida de Russo

20:10 |El mundo del deporte se conmociona con el fallecimiento de Miguel Ángel Russo, ícono del fútbol argentino y entrenador de tres etapas en Boca Juniors, tras una larga batalla contra el cáncer.


Por: Jonatan Anaquin

El fútbol argentino viste de luto: a los 69 años, Miguel Ángel Russo falleció este miércoles 8 de octubre de 2025, en su hogar, donde permanecía en internación domiciliaria.

Durante sus últimas semanas, su salud se deterioró. Las recaídas lo habían llevado en varias ocasiones a internaciones hospitalarias, dejando espacios de incertidumbre y preocupación en el entorno del club y la prensa. En su declaración más reciente, Boca había comunicado que Russo se encontraba en “internación domiciliaria con pronóstico reservado”, recibiendo atención permanente de su equipo médico y del cuerpo del club.


Trayectoria de vida y fútbol


Origen y vida como jugador
Nacido en Lanús el 9 de abril de 1956, Russo desarrolló toda su carrera futbolística en Estudiantes de La Plata. Como mediocampista central, disputó más de 400 partidos y aportó goles en momentos claves. Fue campeón del Metropolitano en 1982 y del Nacional en 1983 con el “Pincha”.

Russo dejó huella como entrenador, con una carrera de más de 30 años y más de mil partidos dirigidos. En Argentina, logró ascensos y campeonatos con equipos como Lanús, Estudiantes, Vélez, Rosario Central y, sobre todo, con Boca Juniors. En el club de la Ribera tuvo tres ciclos —2007, 2020-2021 y 2025— y alzó con él la Copa Libertadores 2007, entre otros títulos locales.

Además, Russo trabajó en distintos países: Chile, España, México, Colombia, Perú, Paraguay y Arabia Saudita, consolidándose como un técnico de proyección continental. Durante su época en Colombia, mientras dirigía a Millonarios, fue cuando se detectó su enfermedad. Pese al diagnóstico, siguió al frente del equipo y obtuvo títulos internacionales combinando su labor futbolística con tratamientos médicos.

En 2017, durante su estadía en Colombia, se le diagnosticó cáncer de vejiga, y también se detectó un tumor en la próstata. Con el tiempo, el cuadro médico generó complicaciones: infecciones urinarias, recaídas y pérdidas de fuerza. Recién en sus últimos meses, su presencia en Boca fue interrumpida: dejó de asistir a entrenamientos y partidos mientras era atendido médicamente. En ese contexto, su segundo (y eterno) colaborador, Claudio Úbeda, asumió funciones técnicas provisoriamente.

Su partida fue confirmada por la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y generó expresiones de pesar generalizadas: clubes, jugadores, dirigentes y fanáticos de distintas latitudes se unieron al duelo.


Un adiós íntimo al maestro xeneize


Hoy el fútbol argentino se queda sin uno de sus referentes más auténticos. Russo fue, para muchos, la definición de entrega, pasión y compromiso con los colores que dirigió. En Boca, su figura trasciende resultados: se le recuerda por momentos imborrables, por el estilo y por la garra que inculcaba.

Su partida deja un vacío difícil de llenar. Pero también inaugura una era de memoria: la del técnico que, aún enfermo, quiso seguir estando, seguir siendo. Esa determinación lo hace inmortal en la historia boquense y del deporte nacional.

Que este adiós sea también un homenaje permanente: a su voz, a su confianza en los futbolistas, a esos ataques de optimismo que regalaba en medio de las crisis, y a su fe futbolera. Gracias, “Miguelo”, por tanto.

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