

Una vez más, el corazón de La Plata amaneció sacudido por un hecho de violencia a la salida de un boliche nocturno. En la madrugada del sábado, una joven fue brutalmente golpeada en calle 49 entre 6 y 7, a pocos metros del local que en los últimos años se convirtió en sinónimo de disturbios, peleas y destrozos.
El ataque, registrado en video y difundido por redes sociales, muestra a la víctima en el suelo mientras recibe patadas en la cabeza por parte de otras personas. Las imágenes generaron indignación y preocupación, reavivando el deescontrol que se vive en las inmediaciones al boliche, que pertenecería a un ex barra de Estudiantes. La joven debió ser trasladada al hospital con lesiones visibles, mientras una amiga también resultó agredida.
Una joven fue brutalmente atacada en la madrugada del sábado en plena zona céntrica de La Plata, en la intersección de calle 49 entre 6 y 7, en un episodio que volvió a encender la alarma en vecinos. La víctima fue trasladada al hospital con golpes en la cabeza y costillas. pic.twitter.com/hcYcpKumpA
— Primera Página (@PrimeraPaginaOK) October 11, 2025
Para los vecinos de la zona, este tipo de episodios ya no sorprende. Relatan que las madrugadas de viernes y sábado son escenario frecuente de peleas, gritos, destrozos en viviendas linderas y hasta autos dañados. "Es un descontrol". lo que se llega a escuchar a menudo por los vecinos que residen a pocos metros del lugar, los encuentros de pelean una vez por mes sucede.
El boliche donde se originó la pelea pertenece, según coinciden distintas fuentes, a un empresario reconocido por ser un ex barra de un equipo de la ciudad platense, y de trayectoria turbulenta en la noche platense.
Su nombre aparece ligado desde hace años a episodios de violencia. En el entorno de la ciudad se lo describe como un hombre que opera con poder de hecho en la movida nocturna, pese a las denuncias vecinales y a los reiterados incidentes que se producen en su local.
Para quienes viven en la zona, la situación ya es insostenible. Los reclamos no se centran en el control estatal, sino en la impunidad con la que el dueño del boliche sigue operando pese al historial de violencia vinculado a su negocio.
Desde hace meses, los episodios se multiplican: peleas a la salida, destrozos en viviendas, autos dañados, jóvenes heridos y escenas que terminan con la intervención de ambulancias y patrulleros. Todo ocurre en torno al mismo punto del mapa urbano: el local.
Lejos de ser un simple espacio de diversión nocturna, el boliche se transformó en símbolo del deterioro y la violencia que impregnan parte de la vida nocturna platense. Mientras tanto, los vecinos solo esperan que el próximo fin de semana no se repita otra historia de golpes y miedo.