

¿Cómo se puede seguir estudiando cuando los bombardeos no paran? Esa es la pregunta que millones de estudiantes se hacen en Ucrania desde que comenzó la guerra con Rusia. Y aunque parezca imposible, el país encontró una respuesta que hoy sorprende al mundo: una estrategia nacional de digitalización educativa que mantiene viva la enseñanza incluso en zonas de conflicto.
Desde 2022, las escuelas ucranianas sufrieron más de 500 ataques, según Save The Children, dejando a unos 4 millones de chicos y chicas sin clases presenciales. Frente a esto, el Ministerio de Educación y Ciencia de Ucrania apostó por transformar la emergencia en una oportunidad: convertir la educación digital en una política de Estado.
Con el apoyo de la red Eurydice, que analiza sistemas educativos europeos, Ucrania impulsó una estrategia alineada con el Plan de Educación Digital 2021-2027 de la Unión Europea. El objetivo es claro: que la guerra no destruya el aprendizaje ni el futuro de sus estudiantes.
El primer paso fue garantizar la conexión. Desde el inicio del conflicto, el gobierno distribuyó más de 260 mil dispositivos entre docentes y alumnos, y creó 300 centros de aprendizaje a distancia con internet de alta velocidad. Estos espacios permiten seguir estudiando, recibir contención psicológica y mantener la rutina educativa incluso en refugios o zonas bombardeadas.
El segundo paso fue generar contenido digital propio. Hoy existen más de 5 mil lecciones interactivas y 100 cursos online, con una comunidad de 900 mil usuarios, incluidos niños refugiados fuera del país. La plataforma “La escuela ucraniana en línea” y la app “No puedo esperar para aprender” acercan la educación primaria a miles de chicos que, de otra manera, quedarían desconectados del sistema.
La digitalización educativa en Ucrania no se limita a las clases online. También se trabaja en sistemas de gestión educativa digital que permiten monitorear el rendimiento, detectar falencias y mejorar la calidad del aprendizaje en tiempo real. Además, se desarrollan herramientas inclusivas para estudiantes con discapacidades o que viven en zonas rurales.
Mirando hacia 2030, el país planea una transformación digital completa del sistema educativo, con la reconstrucción de escuelas destruidas bajo el concepto de “construir mejor”. Algunas incluso se están diseñando bajo tierra, para que los chicos puedan asistir a clases presenciales sin miedo.
En un contexto donde la guerra amenaza con arrebatarlo todo, Ucrania demuestra que la educación también puede ser una forma de resistencia. La digitalización de la educación no solo garantiza continuidad, sino que proyecta esperanza: la de un futuro donde aprender sea posible, incluso bajo las sombras del conflicto.