

El organismo Sanzaar anunció un nuevo plan de competencias internacionales que redefine la estructura del rugby del Hemisferio Sur. Entre las principales novedades, se confirmó que el Rugby Championship se disputará en los años 2027, 2028 y 2029, garantizando continuidad y estabilidad en la máxima competencia que reúne a Argentina, Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia.
El calendario permitirá que el certamen se mantenga incluso en año de Mundial, algo inédito en la historia del torneo. Esto le dará a Los Pumas la posibilidad de sostener un nivel competitivo constante en la antesala de las citas más importantes.
El Rugby Championship mantendrá su formato tradicional, aunque con ajustes en la distribución de fechas y viajes, buscando mayor equidad en la localía y tiempos de recuperación. Sanzaar apuesta a un modelo que combine alto rendimiento con atractivo deportivo, apuntando a elevar el impacto global del torneo.
Para la Selección Argentina, esto implica una exigencia continua frente a las potencias del sur, pero también la oportunidad de seguir afirmándose como un rival de peso. Con un plantel en renovación y un recambio generacional en marcha, el certamen será clave para medir su crecimiento.
Los años que no cuenten con Rugby Championship estará destinados a giras internacionales de los seleccionados de Nueva Zelanda, Sudafrica y Australia, que se jugará en 2026 y 2030. Este esquema estará comprendido para esos combinados que recorreran diversos paises para enfrentarse entre ellos y tener duelos con otros seleccionados.
El objetivo de Sanzaar es fortalecer el calendario global, mejorar la planificación de los seleccionados y consolidar una estructura que mantenga el interés del público durante todo el ciclo mundialista.
Para el rugby argentino, la continuidad del Rugby Championship representa mucho más que una serie de partidos: es la posibilidad de afianzar un estilo, dar rodaje a nuevos jugadores y sostener la identidad que el seleccionado construyó en la última década.
Los Pumas volverán a tener tres años consecutivos de competencia frente a los mejores equipos del mundo. Un desafío que no solo exigirá rendimiento, sino también consistencia, preparación y ambición para seguir escribiendo su historia entre las grandes potencias del rugby internacional.