viernes 17 de octubre de 2025 - Edición Nº5316

Política | 17 Oct

Los orígenes de un mito político

80 años de peronismo: entre el golpe, la seducción radical y el 17 de octubre

09:27 |A ochenta años de sus primeros pasos, la gestación del peronismo se inscribe entre la apropiación simbólica del golpe militar de 1943, la estrategia de captación del radicalismo y la cristalización de un culto popular en torno al 17 de octubre de 1945. Este ensayo reconstrúe esos hitos esenciales para comprender cómo nació —y perduró— un movimiento histórico.


Cuando se habla del peronismo como fenómeno político argentino imprescindible, cabe interrogarnos por sus raíces.

¿Fue el 17 de octubre de 1945 su nacimiento verdadero o el resultado de procesos más antiguos? ¿Qué lugar ocupan el golpe militar de 1943 y la estrategia de seducción de sectores radicales en esa genealogía?

Al cumplirse ochenta años de aquel primer “acto de lealtad”, este ensayo busca cartografiar los antecedentes clave —militares, políticos y simbólicos— que permitieron que el peronismo se convirtiera en una de las fuerzas centrales de la Argentina contemporánea.


Legitimidad militar y epopeya del fin del viejo régimen


El golpe del 4 de junio de 1943 derrocó al gobierno de Ramón Castillo, marcando el final de la llamada “Década Infame” y el agotamiento de un régimen signado por el fraude, la corrupción y la deslegitimación del sistema político tradicional.

Con esa ruptura, los militares del Grupo de Oficiales Unidos (GOU) pretendieron presentarse como heraldos de renovación, aunque la realidad se teñiría pronto de contradicciones.

Dentro de esa estructura de poder emergente, Juan Domingo Perón comenzó a ocupar posiciones clave: fue designado para conducir la Secretaría de Trabajo y Previsión —transformando el vetusto Departamento Nacional del Trabajo— y, con ello, puso el péndulo del Estado del lado de los reclamos sindicales. Su visión fue explícita: “El día que creamos la Secretaría de Trabajo y Previsión, es para mí el día inicial de nuestro movimiento”. 

Ese gesto no fue anecdótico. Supuso una puesta simbólica: si el golpe militar había abierto la posibilidad de recomponer la política argentina, Perón se posicionó como el puente entre poder militar y legitimidad social. De ese modo, el peronismo heredaría una mitología del “orden militar” pero reinterpretada desde abajo.


Una táctica de expansión política


Perón no podía basarse únicamente en su alianza con los sindicatos. Necesitaba una estructura política que penetrara el territorio nacional, y eso implicaba incidir en la tradición política argentina: el radicalismo. Aquí entró en juego una maniobra de seducción estratégica.

Tras la muerte de Marcelo T. de Alvear en 1942, la Unión Cívica Radical (UCR) quedó sin un liderazgo sólido y enfrentó profundas tensiones internas entre alvearistas y yrigoyenistas.

A través de emisarios (como Hortensio Quijano, Ricardo Guardo, Eduardo Colom) Perón ofreció casi todos los cargos electivos: senadores, diputados, gobernadores, legislaturas provinciales y municipales… salvo la candidatura presidencial, que debía ser radical.

El dirigente cordobés Amadeo Sabattini, acaso el radical más ponderado de la época, rechazó la oferta. Su firmeza provocó la exasperación de Perón: “¡Este Sabattini no entiende nada! Su cerebro entra en una caja de fósforos”, diría el líder según Félix Luna.

Sin embargo, otros radicales menos comprometidos se sumaron al proyecto. Algunos lo hicieron por convicción, otros especulando con que serían fáciles de manejar. Perón, por su parte, también los aceptaba mientras operaran como estructura política bajo su mando.

Durante la campaña electoral de 1946, el discurso peronista incluyó elogios a Alem e Yrigoyen, pero una vez lanzada la candidatura, los radicales dejaron de figurar en los discursos presidenciales. No obstante, muchos de esos dirigentes “desertores” contribuyeron decisivamente al triunfo electoral de Perón.

No menos importante fue lo que ocurrió luego: en 1946 Perón disolvió los partidos que lo habían apoyado (laboristas, unabhängigen) para conformar un partido único: la Revolución Nacional.

Los radicales aceptaron en su mayoría esa decisión, mientras los laboristas, que habían desplegado buena parte del aparato electoral prorrperonista, protestaron fuertemente. Cipriano Reyes, uno de los símbolos del 17 de octubre, pagó caro ese enfrentamiento con exilio, persecución y cárcel.

Así, la táctica de seducción cumplió su objetivo: incorporar estructura política ya existente (la UCR) para facilitar el despliegue territorial y electoral del peronismo.


El acto fundacional y su memoria


El 17 de octubre de 1945 pasó a la historia como el “Día de la Lealtad”: una movilización multitudinaria de trabajadores y sindicatos que exigieron la liberación de Perón, detenido días antes por el sector militar contrariado por su acumulación de poder. Aquella tarde, la Plaza de Mayo se llenó y, en un acto simbólico intenso, masas se mojaron las patas en la fuente, reclamando su interlocutor.

A las 23.10, Perón emergió al balcón de la Casa Rosada y habló a esa multitud. Fue el gesto fundacional: el pueblo convocando al líder y el líder confirmando su identidad política. Desde ese momento, el 17 de octubre se transformó en rito, acto de legitimación y conmemoración del nexo entre líder y base.

En los años siguientes, el peronismo elevó esa fecha al rango de fiesta política comparable con efemérides patrias. Se celebraba con misas, desfiles, bailes populares, ofrendas florales, discursos y un despliegue comunicacional intencionado. En 1951, por ejemplo, el acto fue transmitido por televisión —primera transmisión del país— y giró en torno al homenaje a Evita, enferma y cercana a la muerte.

No obstante, el uso simbólico del 17 de octubre tuvo también tensiones internas: Cipriano Reyes denunció que la CGT “se apropió” del Día de la Lealtad, cuando él y otros obreros lo habían protagonizado originalmente. El culto a esa fecha, y su transformacion en dispositivo político ritual, contribuyó a construir la mitología del peronismo como un movimiento orgánico e ininterrumpido.


Las tres dimensiones de análisis para el peronismo inicial


A partir de esta reconstrucción, es posible distinguir al menos tres ejes interpretativos que explican por qué el peronismo pudo consolidarse como fenómeno perdurable:

  1. Legitimidad simbólica desde el golpe
    El movimiento abrazó el golpe militar de 1943 no como ruptura transitoria sino como punto de partida simbólico. El peronismo heredó esa genealogía del orden militar para reinterpretarla desde los sectores populares. En ese sentido, el 4 de junio pasó a formar parte del relato fundacional.

  2. Estrategia de inclusión controlada
    La seducción del radicalismo fue un gesto pragmático: no buscaba insertar adversarios, sino convertirlos en engranajes del proyecto peronista. Esa estrategia permitió que el movimiento obtuviera alcance nacional con estructuras locales preexistentes.

  3. Producción de rituales de identidad
    El 17 de octubre devino en un rito político repetido, con dispositivos simbólicos que consolidaron el nexo emocional entre el líder y las bases obreras. Esa conmemoración anual, con sus liturgias, discursos y escenificaciones, reforzó la continuidad y la memoria colectiva del movimiento.

Al cumplirse ochenta años del surgimiento del peronismo, conviene no idealizar su génesis, pero tampoco subestimarla. Detrás de la leyenda del 17 de octubre hay una arquitectura política construida con deliberación: una conjunción entre legitimidad militar reciclada, una operación de captación política al radicalismo y una memoria ritual que cristalizó en un culto persistente.

Muchos de los dilemas que atraviesa hoy el peronismo orgánico —la tensión entre popularismo y disciplina, entre movilización y aparato, entre memoria y pragmatismo— fueron planteados desde sus primeros días.

Su aniversario no es solo efeméride: es momento de revisar esos orígenes con perspectiva crítica y reconocer que aquel 17 de octubre no fue un punto de llegada, sino uno de muchos puntos de partida.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias