sábado 18 de octubre de 2025 - Edición Nº5317

Policiales | 17 Oct

Ni una menos

La desgarradora trama de violencia de género detrás de la detención de un empresario periodístico platense

La detención de Agustín Raimondo revela cómo un relato sostenido de hostigamientos —verbales, físicos, simbólicos— se articula con la impunidad institucional. Este caso obliga a repensar cómo operan las redes del poder local, las fallas del sistema judicial y la resistencia de las víctimas frente a la violencia de género.


Por: Jonatan Anaquin

En la crónica cotidiana de la violencia de género, los nombres suelen borrarse tras el velo silencioso de causas “privadas” o “familiares”. Pero cuando quien está acusado es un empresario de medios con capacidades de influencia pública y simbólica, el caso trasciende lo estrictamente judicial y abre interrogantes sobre los mecanismos de poder que sostienen el patriarcado. El arresto de Agustín Raimondo, en La Plata, no es un episodio aislado: es una oportunidad para visibilizar cómo la violencia entre parejas puede mimetizarse con el dominio mediático, el chantaje simbólico y el silencio institucional.

Raimondo, propietario de una radio, un diario digital y un canal de streaming que operan bajo su “Grupo Cool”, quedó formalmente detenido tras entregarse a la Justicia, ante imputaciones por lesiones graves, hostigamiento y reiteradas desobediencias judiciales.

Este ensayo busca informar con rigor y también cuestionar: ¿qué revela este caso sobre las grietas del sistema de protección?, ¿cómo se entrecruza el poder mediático con la violencia de género? Y ¿qué enseñanzas debe dejarnos esta detención para evitar que otros casos queden en la impunidad?

Raimondo (38 años) no es una figura desconocida en el ámbito platense. Es señalado como propietario de Cool Radio, el portal La Plata 1 y el canal de streaming Miro Stream. Su radio tiene alcance no solo en la capital bonaerense, sino también en localidades como Pinamar, Dolores, Villa Carlos Paz y San Antonio de Areco.

Esa condición de dueño de medios no es un detalle menor: implica capacidad de agenda, posibilidad de difusión de discursos propios, control simbólico sobre audiencias locales. En el escenario machista, esos recursos pueden devenir en armas adicionales —silenciamiento de críticas, construcción de reputaciones, presión mediática— que refuerzan el control del agresor sobre la víctima y sobre la esfera pública.

Las acusaciones judiciales lo presentan como un hombre que usó su posición para hostigar a su ex pareja, incluso en ámbitos profesionales dentro de su propio grupo mediático, ejerciendo abuso de poder.


El patrón de violencia: relatos y pruebas acumuladas


La resolución del juez Ramiro Fernández Lorenzo (TOC Nº 1 de La Plata) construye un relato estructurado en un patrón sostenido de agresiones:

Entre abril de 2012 y abril de 2021, Raimondo habría sometido a su expareja —identificada como F.M.— a agresiones verbales, físicas, psicológicas y hostigamientos continuados. Una pericia psicológica estableció que el daño psicológico resultante era “moderado”.

Violaciones reiteradas de una medida cautelar dictada por el Juzgado de Familia N° 6 de La Plata, que imponía restricción perimetral. Raimondo, según la acusación, violó esa orden en múltiples ocasiones, incluso realizando publicaciones en redes sociales hostigando a su ex pareja.

El 23 de noviembre de 2023, a la salida del jardín de infantes de la hija en común —en Tres Arroyos—, Raimondo habría filmado con su teléfono celular a su ex pareja y profirió actos verbales hostiles, pese a la restricción vigente.

El 9 de octubre de 2025, una nueva denuncia fue radicada: Raimondo habría viajado desde La Plata a Tres Arroyos, ignorando las medidas judiciales, con el objetivo de presentarse frente al colegio de la menor, obsequiando un peluche gigante. La víctima denunció que él la siguió y gritaba frente a la hija, generando un estado de shock en la niña.

La abogada Valeria Alcain, representante de la mujer, denunció hostigamientos digitales, amenazas e injurias en su contra, e incluso escraches públicos como estrategia de presión.

Tres causas fueron elevadas a juicio oral y motivaron el pedido de detención respaldado por el fiscal Juan Pablo Caniggia.

El tribunal consideró que existían peligros procesales: riesgo de fuga, entorpecimiento probatorio y violación reiterada de medidas judiciales. En consecuencia, la detención se convirtió en prisión preventiva.


El episodio más reciente: un grito público


La denuncia de octubre de 2025 fue el detonante inmediato del arresto. En su relato público, la víctima narró cómo Raimondo vulneró todas las medidas judiciales para aparecer en el colegio de la hija en común.

El relato contiene elementos simbólicos potentes:

  • El regalo del peluche gigante pese a la prohibición judicial.

  • La exposición pública del hostigamiento frente a la menor.

  • Un mensaje de voz del agresor proponiendo “dejar los abogados de lado”.

  • Frases de advertencia previas: “No te metas conmigo y con quien tiene el poder porque vas a terminar mal.”

La mujer expresó un temor fundado: “Si a mí me pasa algo, quiero que todo el mundo sepa quién fue.

Ese episodio se convierte en manifestación simbólica del control y del poder.


 Sindicato de Prensa Bonaerense (Siprebo) 


El Siprebo emitió un comunicado denunciando la situación y exigiendo respuestas:

“La desatención social, la impunidad y la ineficacia de las instituciones reproducen y profundizan la violencia contra las mujeres y disidencias sexo-genéricas.”

El gremio subrayó que Raimondo dirigía medios locales, lo que agrava el contraste entre poder mediático y vulnerabilidad.


La víctima y su abogada


Florencia Mascioli escribió: “Se hizo justicia. Fin de mi infierno. Valió la pena tantos años de lucha. La violencia de género sí existe y la justicia también llega.

Su abogada Valeria Alcain denunció que el hostigamiento se trasladó hacia su persona, exponiéndola públicamente. Alegó que ambas vivieron en pánico durante días, temiendo por sus vidas.


Instituciones judiciales y el desafío de las medidas cautelares


El caso evidencia que las medidas cautelares muchas veces fallan en la práctica cuando el agresor no las respeta. Raimondo las vulneró en múltiples oportunidades, lo que motivó la vigilancia constante sobre la vivienda de la víctima.

La Justicia convirtió la detención en prisión preventiva al constatar el riesgo de frustración del proceso.

Pero la pregunta queda en el aire: ¿cuántos casos similares quedan en la impunidad?


Periodismo de género, poder mediático y vulnerabilidad


Este caso revela una tensión simbólica: un medio local cuyo dueño es acusado de violencia de género coloca al periodismo dentro del conflicto.

La asimetría comunicacional también es violencia simbólica: quien tiene medios puede silenciar denuncias o fabricar su versión.

El periodismo de género tiene aquí una doble obligación: cubrir con rigor y reflexionar sobre sus propios silencios.

Lecciones y desafíos

  • Refuerzo del cumplimiento de medidas cautelares.

  • Apoyo institucional a víctimas y defensoras.

  • Control sobre el poder simbólico de los medios locales.

  • Visibilización de la cadena de violencia.

  • Periodismo responsable con perspectiva de género.

La detención de Agustín Raimondo marca un hito: un empresario mediático procesado formalmente por una trama prolongada de violencia de género.

Pero no basta con el arresto: el desafío será que el proceso llegue a un juicio justo y que las instituciones garanticen protección real.

El poder mediático debe estar al servicio de la verdad, no al servicio de quienes cometen la violencia.

Y el periodismo de género encuentra aquí una misión pública: desmantelar las redes simbólicas que sostienen la desigualdad.

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