

El fútbol argentino vivió una jornada cargada de emoción y respeto. Miguel Ángel Russo, ícono del deporte nacional, fue recordado por dos de los clubes que marcaron su carrera: En primera instancia el sábado, por la tarde, fue el Club Atlético Boca Juniors quien realizó una conmemoración a quien fuera su director técnico a la hora de su fallecimiento. Una bombonera que rindió un tributo.
Primero comenzó con un emotivo video en la pantalla grande del estadio que rememoró los grandes momentos que tuvo el DT en sus distintos pasos. La hinchada, por su parte, respondió con un afectivo aplauso y luego con un canto. Mientras que por último Leandro Paredes, capitán de Boca, llevó una camiseta con el nombre de Russo atada con globos hacia el círculo central y, junto a Claudio Úbeda, la soltó hacia el cielo. Mientras se elevaba, los simpatizantes xeneizes corearon: “Miguelo, Miguelo”.
Por su parte, Rosario Central y Estudiantes de La Plata lo hciieron el domingo en sus respectivos encuentros que llevaron a cabo en sus estadios.
En Rosario, el “Gigante de Arroyito” se tiñó de homenaje. Las cenizas del exentrenador fueron llevadas al campo de juego por sus familiares, en medio de aplausos y gestos de profundo cariño. Una máscara con su rostro recorrió las tribunas y una pantalla gigante proyectó imágenes que repasaban su legado como técnico campeón y figura querida por la hinchada. El minuto de silencio previo al inicio del partido se vivió con solemnidad, mientras el estadio entero se unía en un cerrado aplauso.
Simultáneamente, en La Plata, Estudiantes también rindió tributo al hombre que defendió su camiseta como futbolista y que más tarde continuó su legado desde el banco. El equipo lució una camiseta conmemorativa y los hinchas desplegaron banderas y mensajes en su honor. En el clásico ante Gimnasia, la victoria del equipo local pareció también una forma simbólica de ofrecerle un último reconocimiento.
Más allá de los resultados deportivos, lo que quedó fue el testimonio de una carrera que dejó huella. Russo no solo fue entrenador y jugador: fue formador, líder y referente en varios equipos del fútbol argentino. Su figura trascendió camisetas y rivalidades, algo que quedó demostrado en esta jornada compartida entre dos clubes que lo sintieron propio.
El homenaje conjunto reflejó el respeto que supo ganarse a lo largo de décadas. En tiempos donde la rivalidad suele marcar la agenda, la memoria de Miguel Ángel Russo logró unir a miles en un mismo sentimiento: el de gratitud eterna por un hombre que vivió para el fútbol y dejó una marca imborrable.
Su reciente fallecimiento conmovió a todo el ambiente futbolero, y este fin de semana, sus hinchas, exjugadores y dirigentes encontraron una forma conmovedora de despedirlo.