La comunidad de Berisso enfrenta un nuevo golpe a su entramado productivo tras el cierre sorpresivo de la planta Acerías Berisso, ubicada en el barrio de 128 entre 61 y 62. La empresa, con una larga trayectoria en el sector metalúrgico, suspendió sus operaciones sin comunicación formal, lo que derivó en la toma pacífica del establecimiento por parte de los trabajadores.
La situación se puso en un estado crítico están queriendo con la presencia de la fuerza policial, quien estan querienfo sacar a los trabajadores y se encuentra la familia afuera. La incertidumbre crece y la sensación general es de desprotección institucional, en un contexto donde cada puesto de trabajo resulta vital para la economía local.
El conflicto, que se venía gestando desde hace varios meses por retrasos salariales, despidos y condiciones laborales precarias, se agravó cuando los empleados se presentaron a trabajar y encontraron las puertas cerradas. Desde entonces, mantienen una guardia en la planta para proteger las herramientas y reclamar una solución que les garantice continuidad laboral.
En medio de la crisis, el silencio del municipio genera malestar entre los trabajadores, quienes aseguran no haber recibido acompañamiento ni asistencia de las autoridades locales. “Nadie del gobierno municipal se acercó para conocer nuestra situación”, expresaron algunos empleados, preocupados por la falta de respuestas y el impacto económico que el cierre tendrá en la ciudad.