jueves 30 de octubre de 2025 - Edición Nº5329

Información General | 30 Oct

desigualdad sanitaria

Parásitos invisibles: la amenaza silenciosa que aún enferma a los barrios más vulnerables

10:35 |Un equipo interdisciplinario de la Universidad Nacional de La Plata investiga las parasitosis intestinales en comunidades vulnerables del conurbano bonaerense y otras provincias. Bajo el enfoque Una Salud, los investigadores buscan comprender cómo la relación entre las personas, los animales y el ambiente determina la expansión de estas enfermedades olvidadas.


En el entramado silencioso de los barrios populares, la desigualdad sanitaria encuentra en los parásitos intestinales un enemigo persistente. Detrás de las calles de tierra, los pozos ciegos y el agua no segura, miles de personas conviven con microorganismos que afectan su salud, su nutrición y sus oportunidades de desarrollo.

Desde el Centro de Estudios Parasitológicos y de Vectores (CEPAVE, UNLP-CONICET), un grupo de científicas y científicos liderados por la Dra. Lorena Zonta trabaja en el territorio con un enfoque que une investigación y acción comunitaria. En barrios de Berisso, La Plata y el conurbano bonaerense, realizan estudios que integran muestras humanas, animales y ambientales, combinando biología, antropología, veterinaria y microbiología para entender un fenómeno complejo y persistente.

Bajo la mirada del paradigma Una Salud, el equipo aborda la relación entre los parásitos intestinales y los factores socioambientales que los propagan. La presencia de viviendas precarias, hacinamiento, falta de cloacas y convivencia con animales sin control veterinario son algunos de los elementos que, combinados, crean un escenario propicio para la transmisión.

Las encuestas socioambientales y los talleres participativos con escuelas, comedores y centros comunitarios son parte esencial del proceso. Allí, los investigadores intercambian saberes y promueven la co-construcción del conocimiento, involucrando activamente a las familias. Las personas participan de manera voluntaria y gratuita, entregando muestras y firmando consentimientos informados.

En laboratorio, los hallazgos son tan contundentes como preocupantes: entre el 50 y el 80 % de los niños y niñas de zonas vulnerables presentan algún tipo de parásito intestinal. Blastocystis spp., Giardia lamblia y Enterobius vermicularis lideran la lista, aunque también se detectaron casos más severos como Necator americanus y Entamoeba histolytica, confirmados por técnicas moleculares de PCR.

La veterinaria Josefina Lacunza aporta otra pieza del rompecabezas: en los animales domésticos, Ancylostoma caninum, Toxocara canis y Trichuris vulpis son los parásitos más frecuentes, capaces de afectar también a los humanos. Esto demuestra que la salud de las personas y de sus mascotas está íntimamente conectada.

Las consecuencias son múltiples. Las infecciones intestinales deterioran el estado nutricional, provocan bajo peso, retraso en el crecimiento y debilidad inmunológica, generando un círculo vicioso entre pobreza, enfermedad y malnutrición.

La investigación también muestra que, aunque algunas políticas públicas mejoraron parcialmente la situación, la persistencia del problema refleja una deuda estructural con los barrios populares.

La falta de financiamiento en ciencia y técnica pone en riesgo la continuidad de estos proyectos, pero también refuerza la necesidad de trabajar junto a las comunidades”, reflexiona Zonta. Porque los parásitos no esperan, y la ciencia, cuando se compromete con el territorio, se convierte en herramienta de transformación social.


¿Cómo prevenir?


-Lavado de manos: se recomienda el lavado de manos con agua potable y jabón, antes de comer o preparar alimentos, después de ir al baño y tras jugar en el suelo o con mascotas.

-Lavado de frutas y verduras: dejar correr el agua potable sobre las frutas y verduras que se consumen crudas, y dejar reposar en un litro de agua con 2-3 gotas de lavandina durante 5 minutos para reducir el riesgo de contaminación. 

-Cocción de alimentos: la carne vacuna y porcina suele estar infectada por quistes que contienen larvas de helmintos. La cocción debe ser a una temperatura mayor a 70ºC y durante al menos 15 minutos para que las larvas enquistadas mueran. 

-Contaminación cruzada: mantener limpias las superficies y utensilios de cocina, separar alimentos crudos de los cocidos, y evitar el contacto directo entre materiales contaminados y alimentos listos para el consumo.

-Agua segura: consumir agua potable, hervida o desinfectada correctamente con lavandina.

-Eliminación de excretas: si las excretas se eliminan a través del uso de letrinas o pozos ciegos (pozos absorbentes), es importante que estos se localicen lejos de las tomas de agua para evitar la contaminación del agua de consumo

-Ambientes con mascotas. Se debe juntar la materia fecal de las mascotas para evitar la contaminación del suelo.  Es importante desparasitar y vacunar a nuestras mascotas.

-Uso de calzado. Es importante no andar descalzo, ya que algunos parásitos penetran por la piel de los pies. 

-Mantener los ambientes limpios

-Mantener las uñas cortas.

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