Con la primavera universitaria en pleno auge, la Universidad Nacional de La Plata se sumerge en una semana de definiciones políticas que volverá a poner a prueba la vitalidad democrática de su estudiantado. Tras renovar las autoridades en los colegios preuniversitarios y culminar los comicios del claustro de profesores y graduados, llega el turno de los estudiantes, protagonistas centrales de un proceso que atraviesa a las 17 facultades y que, una vez más, pondrá en juego la diversidad de voces, ideas y militancias que habitan la vida académica.
Durante tres jornadas consecutivas —5, 6 y 7 de noviembre—, miles de jóvenes habilitados para votar se acercarán a las urnas instaladas en pasillos, pabellones y patios. No solo elegirán a quienes conducirán los centros de estudiantes, sino también a sus representantes en los consejos directivos y el Consejo Superior, espacios de deliberación y decisión que definen el rumbo institucional de la UNLP.
Las autoridades universitarias remarcan la importancia del cogobierno como pilar fundamental de la vida universitaria. “Cada voto no es solo un acto formal, sino una reafirmación del compromiso colectivo con una universidad pública, gratuita y participativa”, sostienen desde el rectorado.
Este proceso forma parte de un cronograma electoral escalonado que se extenderá hasta 2026, cuando se produzca la renovación total de las máximas autoridades de la casa de estudios. De esta manera, la UNLP continúa consolidando un sistema de representación que garantiza la pluralidad y el equilibrio de los distintos claustros.
En el plano político, la contienda no será menor. Actualmente, Franja Morada, brazo universitario del radicalismo, mantiene la mayoría de los centros de estudiantes. Su predominio se extiende a facultades como Arquitectura, Ciencias Económicas, Informática, Jurídicas, Ingeniería, Exactas y Veterinarias, entre otras. Allí, distintas fuerzas opositoras —como SUMA, Cinética, Defendamos Nuestros Derechos o La Pinto— buscan disputar terreno y romper la hegemonía morada.
Sin embargo, la diversidad política de la UNLP también se refleja en otras unidades académicas. En Artes, el centro continúa en manos de Cronopios, mientras que en Ciencias Médicas la agrupación Remediar sostiene su conducción frente a Viento de Abajo – Patria Grande, que intenta arrebatarle el liderazgo. En Naturales, el Frente Natural retuvo su espacio, en tanto que en Humanidades, la tradicional La Jauretche vuelve a medirse ante AULE.
En Periodismo y Comunicación Social, la Agrupación Rodolfo Walsh sigue marcando la historia, fiel a su identidad crítica y combativa. En tanto, en Trabajo Social, el Frente Malvinas revalida su conducción, mientras que Odontología mantiene al MOI como referente principal.
El recuento de votos comenzará el viernes por la noche, y con él se conocerá el nuevo mapa político estudiantil que definirá la correlación de fuerzas en la universidad. Más allá de los resultados, lo que se reafirma es una tradición democrática que resiste al tiempo y convierte cada elección en una lección de participación y compromiso cívico.
La UNLP, fiel a su historia, vuelve a demostrar que la política universitaria no se reduce a consignas o colores partidarios, sino que es una forma de pensar, construir y transformar colectivamente la educación pública.