¿Te acordás de aquel joven que en 2007 se casó con una mujer 58 años mayor y fue noticia en todo el país? Bueno, Reinaldo Wabeke volvió a dar el “sí”. Y su historia, casi veinte años después, volvió a despertar curiosidad.
A primera hora de la mañana, en el Registro Civil de Coronda, con clima fresco y rodeado de familiares, Wabeke contrajo matrimonio con Javier Elías Salazar, a quien define como “el amor de su vida”. Con voz emocionada, contó: “Estoy muy feliz. Me casé con una persona que quiero mucho. Es algo que esperaba hace mucho tiempo”.
El nombre de Reinaldo Wabeke se hizo famoso en 2007, cuando se casó con Adelfa Volpes, de 82 años, una historia que recorrió todos los programas de televisión. Aquella relación terminó pocos días después del viaje de luna de miel a Río de Janeiro, tras la muerte de Adelfa por un ACV.
Hoy, con otra mirada y lejos de la exposición mediática, Wabeke dice vivir una nueva etapa. Contó que conoció a Javier Elías Salazar durante su paso por la cárcel, tras ser condenado por tráfico de drogas. “Nos conocimos adentro. Es una persona maravillosa, el amor de mi vida. Nunca quise a nadie como lo quiero a él”, expresó.
Sobre su presente, adelantó que seguirá viviendo en Santa Fe: “Quiero disfrutar la vida, tener tranquilidad con mi marido, mis amigos y mi familia”. Incluso mencionó un deseo: “Me gustaría adoptar un hijo y darle hogar a quien no lo tenga”.
Aunque evitó la prensa por años, esta vez decidió hablar: “Hoy empiezo una etapa distinta. Me casé por amor, no por fama”.
Su historia con Adelfa Volpes sigue siendo parte de su identidad. “A Adelfa le agradezco todo. Estaría feliz de verme así”, aseguró. Aquella relación lo llevó a programas de todo el país y al debate público sobre el amor y la diferencia de edad.
También aprovechó para pedir justicia por dos propiedades que asegura fueron usurpadas: “Si son de la familia de Adelfa, que se las queden, pero que no se las dejen a otros”.
Wabeke recordó su paso por prisión: “Me comí cinco años de mi vida. Perdí mucho, pero aprendí más. De los errores se aprende y yo nunca más”. Contó que trabajó en el servicio médico y que vivió momentos difíciles, aunque destacó haber salido “con otra cabeza”.
Ahora, con 42 años, dice haber encontrado paz: “No me arrepiento de haber pagado lo que hice. Este es un amor distinto, y voy a estar con Javier hasta el día que me muera”.