El fútbol argentino volvió a vivir un episodio polémico fuera de la cancha. Esta vez, el conflicto estalló entre el presidente de la AFA, Claudio “Chiqui” Tapia, y el reconocido periodista Mariano Closs. Lo que comenzó como críticas al arbitraje se transformó en un cruce personal que evidencia, una vez más, las falencias en la conducción de la Asociación del Fútbol Argentino.
El detonante fue un mensaje publicado por Tapia en su cuenta X (antes Twitter), donde lanzó indirectas hacia Closs: «Quería ser árbitro, eligió mal la profesión. Por suerte no le dio, por eso tanta frustración». El comentario surgió luego de que Closs cuestionara con dureza el arbitraje de Nicolás Lamolina en el partido Barracas Central-Boca y la gestión del área encabezada por Tapia y Federico Beligoy.
Quería ser árbitro, eligió mal la profesión. Por suerte no le dio, por eso tanta frustración.
— Chiqui Tapia (@tapiachiqui) November 3, 2025
1996, Atlanta.
La publicación del mandatario devino luego que el conductor de En F12, sostuvo: «Lo limpiaron a Lamolina. No lo designaron ni para sacar un lateral. Cuando vi que no lo llamaron, revisé si el árbitro del VAR era Trucco: será VAR en River vs. Gimnasia. Quiere decir que no le reprochan esa jugada a Lamolina porque Trucco no debió llamarlo». Además, añadió: «Deducción, lo limpiaron por echar a Tapia. Tiene mala suerte Lamolina con los veedores. Los veedores de Galeano, de Arasa, de Merlos y de Zunino son siempre buenos. Oh, casualidad, limpiaron a Lamolina».
Como respuesta el periodista pidió poyo a sus colegas y a los programas deportivos: “Estaría bueno que los medios también opinen. En vez de levantar programas. No se animan. Se la pasan levantándonos a nosotros. Estaría bueno que si estudiaron periodismo, opinen”, sostuvo en su programa.
Este episodio pone nuevamente sobre la mesa la cuestionada gestión de Tapia al frente de la AFA. Durante su mandato, el arbitraje se ha visto envuelto en polémicas recurrentes, con decisiones cuestionadas y acusaciones de favoritismo en las designaciones. La falta de transparencia y la percepción de manejos internos arbitrarios han erosionado la credibilidad de la institución y del fútbol argentino en general.
El cruce con Closs no es más que la punta del iceberg de un contexto en el que la AFA, bajo la presidencia de Tapia, sigue generando controversias dentro y fuera de la cancha. La combinación de arbitrajes polémicos, conflictos mediáticos y decisiones internas cuestionables deja a la gestión de Tapia nuevamente en el ojo de la tormenta.