Por: Jonatan Anaquin
La vida universitaria se construye todos los días, en los pasillos, en las aulas y también en los espacios donde se comparten momentos de encuentro cotidiano. Uno de esos lugares es el Comedor Universitario, un servicio esencial que desde hace casi dos décadas tiene una de sus sedes en el Club Everton, gracias a un convenio que la Universidad Nacional de La Plata renovó por dos años más.
La firma del acuerdo, encabezada por el presidente de la UNLP, Martín López Armengol, y el titular del Club, Marcelo Mazzacane, reafirma una alianza que no solo garantiza un espacio físico, sino que sostiene el derecho a la alimentación accesible para miles de estudiantes. Acompañó también el director del Comedor, Bruno Carullo, en una jornada que volvió a subrayar el valor comunitario de la universidad como institución pública.
El Comedor funciona en cuatro sedes distribuidas estratégicamente en la ciudad: Malvinas Argentinas (ex Bosque Oeste), ATULP, Club Everton y la sede Reforma Universitaria en plena etapa de obras para mejorar condiciones edilicias. En todas ellas, se ofrece un almuerzo completo a precios accesibles:
Estudiantes: $2100
Docentes y Nodocentes: $5200
Nodocentes afiliados: $3600
Además, se ofrece menú apto para celíacos, y desde hace un año se implementó una modalidad de viandas deshidratadas para los fines de semana, producidas en la Planta de Alimentos PAIS de la propia Universidad. Los platos, elaborados bajo el control de profesionales en nutrición, incluyen opciones como risottos, pasteles, cazuelas, pescados, pastas y frutas de estación, apostando a la alimentación equilibrada y el acompañamiento del bienestar estudiantil.
En paralelo a este acuerdo, la UNLP profundizó otra línea estratégica: la articulación entre ciencia, producción social y territorio. Se firmó un convenio con la Comisión de Investigaciones Científicas (CIC) para fortalecer y desarrollar proyectos en el Centro Interinstitucional para el Desarrollo Regional de la Economía Popular, Social y Solidaria (CIDEPS).
Este espacio, coordinado desde el Consejo Social de la UNLP, reúne a cooperativas, equipos de investigación, organizaciones comunitarias y organismos estatales con una misión clara: producir conocimiento con sentido social, orientado a mejorar la vida en los barrios y promover formas de trabajo dignas.
Según expresó el vicepresidente de la UNLP, Fernando Tauber, en contextos de crisis la clave es unir la capacidad científica con las necesidades sociales, anticipándose a problemas y generando soluciones concretas.

La directora del Consejo Social, Inés Iglesias, destacó la decisión política de sostener estos proyectos incluso en escenarios adversos, mientras que Roberto Salvarezza subrayó la importancia de una articulación sostenida con impacto territorial real.
Actualmente, en el CIDEPS se impulsan ejes de trabajo como:
Producción de madera plástica para equipamiento urbano.
Diseño de tecnologías y materiales para mejorar el hábitat popular.
Desarrollo de alimentos nutritivos desde pequeñas unidades productivas certificadas.
Se trata de un modelo de universidad presente, que no se limita a la transmisión de saberes, sino que participa activamente en el desarrollo social y productivo de la región, acompañando a quienes quedan fuera de los circuitos económicos tradicionales.