Por Daniel Rapanelli
Kicillof llevó el proyecto de Presupuesto 2026 a la Legislatura. El lunes pasado había adelantado su contenido general en un acto con intendentes, legisladores y funcionarios del palo, alineados con el Movimiento Derecho al Futuro del gobernador. No estuvo La Cámpora, un coletazo de la interna de Fuerza Patria y de la derrota electoral peronista del 26 de octubre.
El núcleo duro del Presupuesto está puesto en el pedido de autorización para la toma de deuda por 3.000 millones de dólares, un monto que triplica los pedidos anteriores. Kicillof llega a esta situación advirtiendo que necesita que se apruebe el endeudamiento sí o sí para poder cumplir con los compromisos de la deuda externa bonaerense "reestructurada" en 2021.
El gobernador, que viene de varios fracasos en la Legislatura -donde tiene una representación parlamentaria propia muy reducida-, anunció que una parte de la deuda irá a un Fondo para los Municipios calculado en un 8% sobre un tramo de 1900 millones de dólares. La prioridad está puesta en los pagos al Comité de Acreedores de la deuda externa bonaerense, que impusieron en su momento los tribunales de Nueva York como ámbito de litigio frente a incumplimientos o default.
El señuelo de un Fondo para los municipios despierta la codicia de los intendentes, no solo del Movimiento Derecho al Futuro sino también de La Cámpora, el massismo y la oposición de derecha que incluye a los jefes comunales reconvertidos al mileísmo. Pero también provoca desconfianza. Los intendentes no quieren que este Fondo quede sujeto a los vaivenes de la toma de deuda y que se consigne como partida específica de libre disponibilidad en la "ley de leyes" provincial.
Si esta es la parte visible de una rosca que recién comienza -y en la que tanto el tándem Máximo-Massa como La Libertad Avanza y los restos del PRO buscan sacar ventajas- la negociación incluye el regateo por puestos en los organismos del Estado bonaerense, la puja por las presidencias y vicepresidencias de las Cámaras cuando asuman los nuevos legisladores en diciembre, la composición del gabinete -sobre todo si Kicillof quiere purgar a los ministros camporistas-.
La presidencia del PJ bonaerense e incluso la modificación de la ley que limita la reelección de los intendentes de cara al 2027. Como ocurre siempre, entran en juego también la condonación de deudas municipales y las presiones de los capitalistas para que no se aumenten las cargas provinciales.
En su segundo mandato -que comenzó a fines del 2023-, Axel Kicillof ha recurrido a las leyes de emergencia para gobernar. Lo hizo en el 2024 cuando prorrogó el presupuesto anterior y obtuvo el aval de la Legislatura para endeudarse. Volvió a gobernar en el 2025 sin el Presupuesto, cuyo tratamiento no progresó en las Cámaras como tampoco progresó el pedido de endeudamiento por mil millones de dólares extras.
Que la toma de nueva deuda es la clave lo confirma el hecho de que Kicillof intentó que se tratara una "ley corta" circunscripta al endeudamiento. Sin escatimar dramatismo, el "gobernador exitoso" atribuye la urgencia de la aprobación a la crítica situación fiscal de la provincia de Buenos Aires sometida a la motosierra y el recorte de transferencias por parte del gobierno de Milei.

La aprobación del Presupuesto 2026 -que Kicillof pretende que se vote antes de la asunción de los nuevos diputados y senadores- no le será fácil a un gobierno provincial que sale muy golpeado de la elección de octubre. Milei designó a Diego Santilli como ministro del Interior. Al "soviético" lo mandan a hablar con el "colorado" que le ganó al peronismo con la foto del narco Espert en la boleta.
Kicillof pataleó porque no lo invitaron a la reunión de gobernadores cuyo propósito no fue otro que el de darle apoyo al gobierno "libertario" para que avance con las reformas estructurales que exige el FMI, y entre estas la reforma laboral que es música para los oídos de los capitalistas. Desde Cristina a la CGT, pasando por Kicillof, Grabois y naturalmente Sergio Massa, todo el peronismo apoya la "modernización de las relaciones laborales" que es el eufemismo para avanzar contra los convenios laborales.
Las CTAs abogan por una "nueva estatalidad", que es la reforma laboral para los estatales. Grabois baja línea a favor de la reglamentación del derecho de huelga de los docentes y Baradel reivindica al burócrata José Ignacio Rucci que firmó la suspensión de las paritarias durante el gobierno de Perón e Isabel.
El gobernador apura el tratamiento del Presupuesto 2026 en su momento de mayor debilidad y con un peronismo que está nuevamente al borde de la ruptura. Después del posteo de Mayra Mendoza responsabilizando a Kicillof por la derrota electoral de octubre, llegó la carta de Cristina achacándole a Kicillof ser el único gobernador peronista que perdió en su propia provincia.
El kirchnerismo y sus aliados "soslayan" que La Libertad Avanza se impuso en la mayoría del país incluida la provincia de Buenos Aires, a la que el gobierno de Kicillof presentaba como un "escudo" contra Milei.
Por lo que se conoce, no habría cuotas adicionales en el Impuesto Inmobiliario, una exigencia que el "campo" y sus organizaciones patronales agitaron a lo largo del 2024 acusando a Kicillof de confiscador. Se trata de una patraña porque el Inmobiliario Rural no le hace ni cosquillas a los capitalistas agrarios. "En el caso del Inmobiliario Urbano y Rural no se ajustará el coeficiente de cálculo de base imponible ni se modificarán las alícuotas", dice El Día (5/11).
El titular de Arba -la agencia de recaudación provincial- aclaró, por si era necesario, que se mantiene la misma carga fiscal de la Ley Impositiva del 2024. El pedido de autorización para tomar deuda por 3.000 millones de dólares delata la fragilidad de las finanzas provinciales -cuidadosamente ocultada a los bonaerenses- en las elecciones de septiembre. Ni más ni menos que una estafa electoral.
Si se aprueba el nuevo endeudamiento, la deuda externa bonaerense estará más en el agujero negro que dejaron María Eugenia Vidal y los gobernadores peronistas anteriores. Kicillof no desactivó la bomba de tiempo de la deuda externa provincial y, por el contrario, está plantando un campo minado.
Las burocracias sindicales de la CGT y las CTAs se agarran de la demagogia de "Axel" para apoyar un Presupuesto a la medida del capital agrario y financiero. El Ministro de Trabajo Walter Correa, dirigente de la "Corriente Federal" de la CGT, aplaude el Presupuesto y se hace el otario con la reapertura de las paritarias estatales y docentes.
El verso de la actualización de los salarios por inflación se reemplazó por la "nueva música" del "No hay plata". Rechazamos esta "ley de leyes" que descarga la crisis sobre el pueblo trabajador. El peronismo no sirve para frenar a Milei y fracasará en frenar las luchas.