sábado 15 de noviembre de 2025 - Edición Nº5345

Deportes | 15 Nov

Todo en juego

Estudiantes y un partido que no solo define su destino, sino también el de varios equipos

09:17 |Estudiantes llega a su última prueba del Clausura con un escenario tan frágil como determinante: su propio futuro y el pasaje de otros grandes dependen del resultado, en un cierre de año donde cada punto pesa como una final.


Estudiantes atraviesa un 2025 de contrastes que desafía cualquier intento de lectura lineal. En un mismo calendario convivieron actuaciones que rozaron lo memorable con presentaciones para olvidar, componiendo un mosaico irregular que explica por qué el equipo llega a este tramo decisivo sin margen para fallar. La lógica del fútbol argentino, con sus dos torneos espejo y sus múltiples tablas en simultáneo, hace que un solo partido pueda modificar más de una estructura. Y Estudiantes, esta vez, queda ubicado en ese lugar singular: la ficha que, al moverse, puede alterar el tablero completo.

El Pincha llega a esta última fecha del Clausura instalado en la octava posición, con 21 puntos que lo sostienen apenas, compartiendo línea con Argentinos Juniors y con Banfield respirándole en la nuca. Más atrás, Belgrano, Defensa y Justicia y Huracán observan desde las 19 unidades, listos para arrebatar lo que el León no cuide. En este clima de mínima diferencia, cada detalle importa: un triunfo de Estudiantes lo impulsa directo a octavos de final, sin depender de nadie. Pero el valor del resultado no se limita a su propio futuro. Si Estudiantes vence al Bicho, abrirá el camino para que River o Riestra se cuelen en el tercer puesto de la tabla anual, la llave que conduce a la Copa Libertadores. En síntesis: un partido que define para muchos.

El escenario, sin embargo, está lejos de ser ideal. La expulsión de Guido Carrillo, figura clave en los últimos tramos, obliga al cuerpo técnico a reconfigurar el ataque. Tampoco estará Gabriel Neves, suspendido tres fechas por su imprudente plancha ante Boca. La pérdida de piezas no se detiene ahí: Santiago Ascacibar, motor del mediocampo, terminó tocado frente a Tigre y su presencia depende de la evolución física. Más complejo aún es el caso de José Sosa, afectado por una metatarsalgia persistente que limita su intensidad, aun sin convertirse en lesión formal.

En este contexto diezmado, el entrenador Eduardo Domínguez deberá recurrir nuevamente a variantes que ya vislumbró ante Tigre. Mikel Amondarain recuperaría la titularidad, mientras que Gastón Benedetti aparece como opción para ocupar la banda izquierda ante la probable salida de Ariamendia. Lo que necesita Estudiantes, más allá de los nombres, es recuperar esa versión competitiva que supo mostrar en sus picos de rendimiento del año: la que lo llevó a medirse de igual a igual con Flamengo y la que permitió clasificar agónicamente a los playoffs del Apertura, incluso después de aquel duro 4-0 con Argentinos.

La paradoja de este cierre es que Estudiantes no depende de otros, pero otros dependen de él. El León tiene en sus manos su continuidad en el torneo y también el destino internacional de River y Riestra, dos clubes que seguirán el partido con la calculadora en la mano. Si el resultado es un empate, el Pincha quedará sujeto a lo que haga Banfield y, si pierde, quedará a merced de una batalla por diferencia de gol donde todos llegan con números similares.

Para Estudiantes, este encuentro no es uno más. Representa el cierre de un ciclo irregular, la posibilidad de mitigar un año turbulento y el desafío de sostener presencia internacional para 2026. El equipo se juega su identidad competitiva, su ánimo y su futuro en noventa minutos que, aunque solo se disputan en La Plata, repercutirán en todo el fútbol argentino.

OPINÁ, DEJÁ TU COMENTARIO:
Más Noticias

NEWSLETTER

Suscríbase a nuestro boletín de noticias