El nacimiento de Emma, Lucio y Sofía, los trillizos que llegaron al mundo en la madrugada del jueves en La Plata, no solo movilizó a una familia, sino que agitó a toda una institución médica que debió reaccionar con velocidad y precisión. En tiempos en los que la tasa de natalidad cae de manera sostenida, recibir a tres bebés prematuros de manera simultánea se vuelve un evento extraordinario, casi una irrupción luminosa en medio de la quietud estadística.
El personal de salud se encontró ante un desafío mayor: preparar tres unidades de cuidados para recién nacidos prematuros, cada una con requerimientos específicos, monitores ajustados, equipos calibrados y profesionales disponibles para un operativo que, más que un procedimiento rutinario, parecía una coreografía médica. La maternidad, que venía funcionando con un nivel de ocupación inusualmente alto, tuvo que reacomodarse por completo para que todo estuviera listo cuando los pequeños llegaran a la vida extrauterina.
Los especialistas describen estos primeros días como una etapa delicada. Los trillizos atraviesan ese momento crítico donde el cuerpo aprende a sostenerse sin el abrigo del útero: estabilidad respiratoria, regulación del medio interno, maduración de órganos todavía inmaduros. Cada minuto cuenta, y cada ajuste se convierte en una decisión vital. Aun así, el equipo se muestra confiado; la preparación que antecedió al nacimiento, desde las medidas de neuroprotección hasta el acompañamiento obstétrico, fue meticulosa.
La mamá, mientras tanto, ya se mueve por la sala, firme y luminosa, visitando a sus hijos que descansan rodeados de alarmas suaves y luces bajas. Para ella, la incertidumbre se mezcla con la felicidad multiplicada por tres. Los equipos médicos la sostienen no solo desde lo clínico, sino también en el plano emocional, entendiendo que la prematuridad y la multiplicidad forman una combinación que exige más contención que nunca.
Los profesionales señalan que este tipo de nacimientos no es tan frecuente como lo era en los primeros años de las técnicas de fertilización asistida, cuando la implantación de múltiples óvulos hacía que los embarazos múltiples fueran más habituales. Hoy, esa tendencia disminuyó, y por eso la llegada de tres bebés en una misma madrugada se vive casi como un acontecimiento que rompe la rutina y renueva el asombro.
La evolución de los trillizos dependerá de los días venideros, mientras sus pequeños cuerpos terminan de adaptarse a un mundo que les llegó un poco antes de tiempo. Por ahora, lo cierto es que dejaron una marca en una maternidad acostumbrada a los nacimientos, pero no a un amanecer tan lleno de vida.