lunes 17 de noviembre de 2025 - Edición Nº5347

Información General | 17 Nov

Walking Tour: un viaje sensorial por el corazón de La Plata

09:33 |En La Plata, la noche dejó de ser solo un telón oscuro para convertirse en un escenario donde la arquitectura, la memoria y la ficción se cruzan. Este ensayo propone una mirada distinta sobre una experiencia que invita a caminar la ciudad como si fuera un relato en movimiento, donde cada calle parece guardar una intención y cada edificio revela una historia que no se cuenta a plena luz del día.


Hay ciudades que se descubren de día, obedientes al ritmo de las oficinas, los cafés y el tránsito cotidiano. Y hay otras que, cuando el sol cae, parecen animarse a decir lo que callan durante la jornada. La Plata pertenece a ese segundo grupo. Su cuadrícula perfecta, sus diagonales legendarias y su monumentalidad arquitectónica adquieren una dimensión distinta cuando la noche las envuelve. Allí, donde la sombra suaviza las líneas y la luz artificial resalta aquello que el ojo diurno no registra, la ciudad adquiere un carácter escénico, casi teatral.

En ese clima nace una propuesta que busca algo más que un simple paseo: un recorrido nocturno que combina la precisión histórica del patrimonio local con la potencia expresiva del teatro. En esta experiencia, los templos, palacios y plazas no funcionan solo como puntos turísticos, sino como lugares donde la narración se convierte en acto vivo. La voz del guía dialoga con la voz de la ficción y juntas construyen una atmósfera que invita a habitar la ciudad desde otro lugar, más sensorial, más íntimo, más dispuesto a la sorpresa.

El punto de partida no es un sitio elegido al azar: Plaza San Martín, con su geografía simbólica y su peso histórico, se transforma en una especie de portal. Desde allí comienza un trayecto que no intenta reproducir la postal clásica de La Plata, sino tensionarla, cuestionarla y, sobre todo, resignificarla. Las diagonales se vuelven líneas narrativas; los templos, silencios que cuentan; las cúpulas iluminadas, faros que guían un relato que mezcla mito, memoria y arquitectura.

El recorrido avanza como quien abre un libro que desconocía tener en sus manos. Cada esquina suma un capítulo y cada intervención teatral irrumpe para recordarle al visitante que las ciudades no son solo construcciones materiales, sino también territorios de imaginación, de fantasmas, de versiones posibles. La Plata, tan racional en su diseño y tan emotiva en su simbolismo, encuentra en esta propuesta nocturna un equilibrio perfecto entre lo que se sabe y lo que se intuye.

La experiencia culmina arriba, casi en el cielo. La Catedral, con su inmensidad gótica, ofrece una panorámica que parece detener el tiempo. Desde esa altura, la ciudad se recorta como un mapa brillante de geometrías ordenadas. Y luego, la terraza del Hotel Grand Brizo aparece como un cierre cálido, un brindis que celebra no solo el final del recorrido, sino la posibilidad de haber visto –por fin–, la ciudad con otros ojos.

Este tipo de propuestas revelan algo esencial: que el patrimonio no es un objeto estático, sino una experiencia que se activa cuando alguien lo mira con curiosidad. La Plata, tantas veces recorrida, tantas veces fotografiada, demuestra una vez más que basta cambiar la hora y la intención para descubrir un mundo nuevo en las mismas calles de siempre.

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