Estudiantes cayó 2 a 1 frente a Argentinos Juniors por la fecha 16 del Torneo Clausura y el clima volvió a cargarse de incertidumbre. El equipo quedó expuesto futbolísticamente y ahora también institucionalmente, luego de que Eduardo Domínguez eligiera no centrarse en el mal momento deportivo y apuntara directamente contra la conducción del club.
El entrenador admitió que su continuidad está en duda y que dependerá de lo que ocurra en las próximas horas. “Vamos a esperar a mañana a ver qué pasa, en principio hay que tener la tranquilidad de ver si lo dimos todo”, señaló tras la derrota, dejando abierta la puerta a una posible salida. Incluso agregó: “Hay que esperar los partidos de mañana para ver si continuar o no”.
Domínguez también repasó situaciones que, según él, marcaron su relación con la dirigencia. “Me dijeron que tenía que seguir cinco años y a los dos meses me querían cortar la cabeza. Ustedes saben lo que pasó y miran mucho para otro lado”, expresó con dureza, revelando un desgaste que —según remarcó— viene de larga data.
A punto de cumplir tres años en el cargo, Domínguez habló de la incertidumbre que atraviesa puertas adentro:
“Se generó una incertidumbre y por algo se habrá generado. Es difícil el desgaste del día a día, ver las mismas caras y las mismas respuestas”. Y reiteró que su futuro no depende exclusivamente de él: “Nunca depen dió de uno. Ya me quisieron sacar este año”.
Además, sorprendió al mencionar su vínculo con Marcos Angeleri: “Me peleé con Marcos”, reconoció, sumando otro capítulo a una interna que, según su relato, viene tensionando el proyecto futbolístico.
En un momento clave del torneo y con el Pincha en riesgo de quedarse afuera de los playoffs, las declaraciones del DT abrieron un nuevo frente de conflicto que golpea tanto en lo deportivo como en lo institucional. El clima en Estudiantes quedó más cargado que nunca.