Por: Jonatan Anaquin
El mercado de pases argentino suele funcionar como un tablero de ajedrez: movimientos calculados, decisiones que alteran partidas completas y piezas que, lejos de ser estáticas, cambian roles y prioridades según la estrategia del momento. Esta vez, la pieza central es Santiago Ascacibar, un mediocampista que, tras regresar a Estudiantes, reinventó su perfil para convertirse en un volante completo, mucho más participativo y con incidencia ofensiva.
Su evolución no solo reconfiguró la mirada que se tenía sobre él, sino que además lo colocó en el mapa de los grandes, transformándose en un objetivo de peso para River y Boca. Ambos clubes necesitaban oxígeno en la mitad de la cancha; sin embargo, la trama no se definió por dinero ni por protocolos contractuales, sino por convicciones deportivas y sensaciones personales.
Ascacibar, siempre identificado con Estudiantes, ya había deslizado internamente su deseo de buscar un nuevo desafío. La conversación con Boca existió, pero no prosperó. Del otro lado apareció River, con una postura decidida y un proyecto que el jugador consideró “muy viable” para su crecimiento.
Una reunión en el Monumental terminó de darle forma a la operación, que avanza con la expectativa de cerrar un refuerzo clave para un mediocampo que fue observado críticamente durante la última temporada.
Este movimiento no solo impacta en la estructura de River, que ya trabaja también en otros nombres como el de Fausto Vera, sino que además evidencia un patrón: los futbolistas con protagonismo y evolución buscan proyectos más directos, donde la promesa de continuidad y desarrollo pesa tanto como la camiseta.
Gallardo y la dirigencia entienden que el centro del campo fue el corazón frágil del equipo, y apostar por perfiles dinámicos como el de Ascacibar responde tanto a una lectura técnica como emocional: recuperar identidad y competitividad.
Así, el “Rusito” no solo elige dónde jugar, sino que marca un gesto futbolero que altera el mercado y obliga a los otros grandes a recalcular. Cada decisión mueve fichas y expone prioridades: la de Ascacibar fue buscar un lugar donde su evolución siga teniendo sentido.