La política del fútbol latinoamericano suele escribirse en los pasillos antes que en la cancha. En esa narrativa silenciosa pero decisiva, Juan Sebastián Verón volvió a ocupar el centro de la escena, esta vez no por un resultado deportivo sino por un posicionamiento ideológico. La defensa férrea de Estudiantes frente a lo que considera arbitrariedades de la Asociación del Fútbol Argentino no se quedó en declaraciones: escaló hacia un tablero regional donde la Conmebol se vuelve el campo real de disputa.
Mientras en Argentina muchos cuestionaron su tono, algunos empezaron a observar en la postura de “la Brujita” un gesto poco habitual: poner por delante la institucionalidad de un club incluso a riesgo de tensar puentes con la dirigencia del fútbol local. Ese movimiento no pasó inadvertido fuera de fronteras
Desde Uruguay, Peñarol interpretó un eco propio. Su presidente, Juan Ignacio Ruglio, se encuentra en una encrucijada similar tras sus críticas a la Asociación Uruguaya de Fútbol y, según trascendidos, habría decidido viajar a Argentina en busca de apoyo político para construir un frente común en Conmebol.
Lo interesante de esta posible reunión no radica solo en la coincidencia coyuntural. Es el reflejo de una tendencia: cuando las ligas nacionales muestran fragilidad institucional o favoritismos sospechados, los clubes buscan alianzas regionales para ganar peso y equilibrar fuerzas. Verón, lejos de replegarse tras el “espaldazo” simbólico del plantel de Estudiantes, redobló la apuesta con denuncias directas hacia dirigentes que, según él, podrían condicionar el futuro deportivo del club platense.
Sus palabras —al insinuar que no vería “descabellado” que intenten perjudicar a Estudiantes— no declaman una teoría conspirativa sino la percepción de que el poder deportivo rara vez es inocente.
La política del fútbol, como toda política, se mide por actos. Que Ruglio cruce el Río de la Plata para reunirse con Verón habla de una alianza en gestación, un movimiento pensado para disputar poder en el ámbito donde realmente se toman decisiones relevantes: Conmebol. El escenario deja una duda atractiva: ¿es este el inicio de un bloque de clubes que buscan defender sus intereses ante modelos de conducción cuestionados?
Si algo queda claro es que el silencio dirigente empieza a quebrarse. La discusión sobre la transparencia, la competitividad y el peso institucional dejó de ser un tema interno y encontró un interlocutor regional. El fútbol no solo se juega en el campo; también en estrategias, discursos y alianzas que pueden reconfigurar equilibrios de poder en Sudamérica