Carlos Anacleto fue oficializado este jueves como nuevo presidente de Gimnasia y Esgrima La Plata en un acto institucional realizado en la Sede Social. Sin público y con la presencia de la comisión directiva entrante y parte de la saliente, se concretó el traspaso de mando tras una elección histórica que, el sábado pasado, registró una participación récord entre los socios y dejó al dirigente como nuevo conductor del club albiazul.
La asunción llegó después de días de transición junto al presidente saliente, Mariano Cowen, con reuniones internas y recorridas por distintas áreas para acelerar el empalme administrativo. Cowen se retiró tras tres años al frente de la institución, mientras Anacleto reunió a su equipo para marcar el primer paso del nuevo ciclo.
Sin embargo, el debut de gestión no estuvo rodeado de calma. El plantel profesional lanzó un fuerte reclamo salarial por sueldos atrasados —en algunos casos de hasta cuatro meses— y resolvió no entrenar este jueves como medida de protesta. Los futbolistas difundieron un comunicado remarcando que permanecen “unidos” y abiertos al diálogo, pero exigiendo respuestas concretas para regularizar los pagos.
En su primera conferencia como presidente, Anacleto reconoció el conflicto y aseguró que el retraso responde a cuestiones operativas:
“No nos sorprendió la medida, pero todavía no contamos con las claves de home banking para pagar. Mañana a primera hora resolvemos todo”, afirmó antes de destacar que el acto de traspaso se postergó por pedido de la CD saliente debido a la final de Reserva.
El vicepresidente Yayi Ibáñez, por su parte, confirmó que evalúan un bono optativo para los socios de cara al clásico frente a Estudiantes: $10.000 para popular y $20.000 para platea, como aporte voluntario para reforzar la economía del club.
Con el clásico a la vuelta de la esquina y un vestuario en alerta, la nueva dirigencia afronta su primera prueba caliente: ordenar las cuentas, destrabar el conflicto y encarar el tramo decisivo del torneo sin sobresaltos. El debut de Anacleto no concede tiempo para la transición; el Lobo ya le exige respuestas.