Lo que debía ser una tarde de fútbol y despedidas en una categoría de 13 años terminó envuelto en tensión y violencia en la ciudad de La Plata. En la cancha del Deportivo Académico, ubicada en 5 y 645, barrio Arana, se disputaba el encuentro entre El Triunfo Granate y el local, por la Liga Lifipa. Todo transcurrió con normalidad hasta que, al inicio del segundo tiempo, el árbitro decidió frenar el juego por insultos provenientes del sector de familiares y miembros del cuerpo técnico.
Tras algunos minutos, el partido continuó para que los chicos pudieran cerrar su participación en la última jornada en cancha reducida. Sin embargo, el tono del ambiente ya estaba caldeado. Con el pitazo final, la tensión explotó.
Según relataron testigos en el lugar, un jugador de El Triunfo Granate habría sido agredido por un rival mientras se ataba los cordones. La reacción de un compañero para defenderlo provocó un tumulto entre varios adolescentes. Lo peor llegó después: adultos ingresaron al campo y, lejos de separar la situación, se sumaron a las agresiones.
Entre gritos y corridas, una madre denunció que uno de los adultos exhibió un arma blanca y que hubo amenazas hacia los chicos. Aseguró además haber sido golpeada por un entrenador mientras intentaba resguardar a su hijo. Minutos más tarde, las familias se retiraron del predio con temor, señalando que algunos jugadores fueron perseguidos hasta los autos.
El hecho generó preocupación inmediata en el ambiente del fútbol infantil. Padres y allegados reclaman una intervención urgente de la liga y de las autoridades para aplicar sanciones ejemplares y evitar nuevos episodios. La discusión vuelve a posar la mira sobre la seguridad, la presencia de mayores en los partidos y la necesidad de proteger a los jóvenes deportistas.