La dirigencia de Gimnasia parece haber encontrado en Fernando Zaniratto la tranquilidad que buscaba. Tras una reunión muy positiva con el flamante director deportivo, el acuerdo está “a un paso de firmarse”, con el contrato proyectado hasta diciembre de 2026. Sólo restan detalles formales y la definición del cuerpo técnico que lo acompañará. Así, con casi todo acordado, la interna tripera apuesta a consolidar un proyecto de mediano plazo: planificación anual, protagonismo de juveniles y conducción sostenida.
Pero para entender el valor real de este paso, vale la pena revisar quién es Zaniratto, cómo llegó hasta aquí y qué aporta al proyecto de reconstrucción del club.
Zaniratto nació en Saladillo, el 23 de febrero de 1981. Debutó en 2001 con la camiseta de Gimnasia y Esgrima La Plata, disputando 25 partidos esa temporada: una primera experiencia en Primera que marcaría su vínculo de por vida con el club.
Luego, en 2002, quedó en libertad de acción y se sumó a Tiro Federal (Rosario), equipo con el que logró el ascenso a la Primera B Nacional en 2003. Posteriormente, su carrera lo llevó a Italia, donde jugó en varios clubes del ascenso: Alghero, La Palma, Tempio, Tortolì, Castelsardo —con el que logró un ascenso—, Renato Curi Angolana, Monterotondo y AC Porto Torres, hasta su retiro en 2011.
Así, aunque su paso por la élite fue breve, su recorrido le dio una experiencia extensa en distintos contextos futbolísticos, desde el ascenso argentino hasta el fútbol regional europeo.
El vínculo de Zaniratto con Gimnasia nunca se perdió. En 2014 empezó a trabajar en las divisiones inferiores del club, encargándose de categorías infantiles. Tras un breve paso por Villa San Carlos, regresó al Lobo, primero al frente de la Quinta División que ganó la Copa Integración, y luego con responsabilidades en juveniles de distintas categorías.
Desde 2021 en adelante su presencia se consolidó: dirigió la Séptima División en la Liga Metro, volvió a encargarse de una quinta en AFA, y finalmente en diciembre de 2024 fue designado como técnico de la Reserva de Gimnasia.
Ese trabajo en juveniles le dio conocimiento profundo del semillero del club, una ventaja clave si el objetivo es integrar chicos, no depender exclusivamente de contrataciones, y generar continuidad estructural.
Su oportunidad con el primer equipo llegó en 2025, tras la salida de Marcelo Méndez. Zaniratto asumió interinamente tras la renuncia de Méndez, y dirigió varios partidos en esa condición.
Luego, con la salida de Alejandro Orfila en octubre, volvió a tomar las riendas del equipo, esta vez de nuevo como interino. A la par, su equipo obtuvo resultados destacados: entre ellos, un triunfo histórico en el Monumental ante River , victoria clave en la lucha por la permanencia.
Este tipo de resultados no pasaron desapercibidos: Zaliratto fue reconocido como “Mejor DT de la Fecha” tras ese triunfo. Además, logró revertir parte del desorden institucional: su llegada coincidió con un momento en que el club había tenido cinco entrenadores en el año.
Si finalmente firma su contrato, Zaniratto no será un parche: será una apuesta clara a un proyecto de mediano plazo. Su perfil combina:
Conocimiento profundo de las juveniles del club y experiencia estructural.
Compromiso emocional con Gimnasia, al haber sido jugador y formador en las filas del club.
Una conducción que ya mostró resultados positivos en contextos adversos.
Una posibilidad real de reconstrucción institucional, con foco en juveniles, estabilidad y continuidad.
En un contexto donde Gimnasia sufrió turbulencias —cambios constantes de técnico, resultados irregulares, necesidad de asegurar la permanencia—, Zaniratto representa una apuesta seria a la reconstrucción desde adentro, con identidad y compromiso.