lunes 15 de diciembre de 2025 - Edición Nº5375

Información General | 15 Dec

Por qué empezar un hábito un miércoles puede ser más efectivo que hacerlo un lunes

09:00 |Arrancar una nueva rutina parece simple, pero muchas personas fallan siempre en el mismo punto. Se prometen cambios cada lunes, juntan motivación, hacen planes…


Arrancar una nueva rutina parece simple, pero muchas personas fallan siempre en el mismo punto. Se prometen cambios cada lunes, juntan motivación, hacen planes… y a los pocos días abandonan. ¿Y si el problema no es la fuerza de voluntad, sino el día elegido? Acá aparece una idea que cada vez suma más respaldo entre expertos: empezar un hábito un miércoles puede ser la clave que muchos están pasando por alto.


Por qué el lunes no funciona como creemos


Durante años se instaló la idea de que el lunes es “el día del comienzo”. Dietas, ejercicio, estudio, todo arranca ahí. El problema es que el lunes viene cargado de presión, pendientes y cansancio acumulado del fin de semana. Eso hace que cualquier cambio se sienta enorme y difícil de sostener.

Stephen Seiler, doctor y fisiólogo del ejercicio: “La diferencia entre  caminar 30 minutos o una hora es mucha”

Según especialistas en salud mental citados por Real Simple, esa carga emocional genera una lógica de “todo o nada”: si fallás un día, sentís que ya perdiste la semana entera. Y eso suele terminar en abandono temprano.


El miércoles, un punto de equilibrio


El miércoles funciona distinto. Para ese día, la semana ya está en marcha. No arrancás desde cero, sino desde un ritmo que ya existe. Eso reduce el esfuerzo mental que implica cambiar un comportamiento.

La terapeuta Lisa Chen explica que a mitad de semana las personas están más reguladas emocionalmente. No sienten la presión del inicio ni el cansancio del final. El cambio se percibe como un ajuste posible, no como una revolución personal.

Por su parte, Will Dempsey, trabajador social clínico, sostiene que empezar a mitad de semana baja la exigencia interna. “No se vive como un contrato eterno, sino como una prueba”, señala. Esa flexibilidad aumenta las chances de continuidad.


Más constancia, menos culpa


Uno de los grandes beneficios de empezar un hábito un miércoles es que acorta el camino hacia la primera meta. En pocos días llega el cierre de semana, lo que permite ver avances rápidos. Eso refuerza la motivación y construye confianza.

Además, al no ser un inicio “clásico”, se reduce la culpa cuando algo no sale perfecto. No hay semana perdida. Hay aprendizaje. Y eso es clave para sostener hábitos en el tiempo.


Cómo aprovechar mejor el miércoles


Los expertos coinciden en algunas estrategias simples y útiles:

  • Objetivos claros y chicos: mejor “caminar 30 minutos tres veces por semana” que “hacer más ejercicio”.

  • Unir hábitos: sumar el nuevo comportamiento a algo que ya hacés, como estirarte mientras mirás las noticias.

  • Preparar el entorno: dejar listo lo que necesitás antes, así no dependés de la motivación.

  • Registrar avances: usar un calendario o lista ayuda a ver el progreso real.


El cambio no necesita un lunes


Modificar una rutina no requiere una fecha perfecta, sino un contexto que ayude. El miércoles ofrece menos presión, más equilibrio y mayor margen de error. Para muchas personas, eso marca la diferencia entre intentar otra vez… o sostener el cambio.

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