Renzo Giampaoli está ante una encrucijada decisiva en su carrera. Con contrato vigente en Boca hasta diciembre de 2027, el defensor central de 25 años, con experiencia en Europa y el fútbol sudamericano, debe resolver dónde continuará jugando en un contexto que lo tiene sin lugar asegurado en el plantel xeneize.
Mientras en la Ribera los dirigentes enfocan esfuerzos en reforzar el equipo que hoy conduce Claudio Úbeda y analizan nombres de peso para jerarquizar la defensa, la realidad indica que Giampaoli no aparece como prioridad dentro del proyecto deportivo inmediato. Esa situación abre la puerta a nuevos destinos.
En Gimnasia, club en el que estuvo a préstamo, sus rendimientos fueron sólidos y regulares, al punto de despertar el interés concreto de la dirigencia tripera. Desde el Lobo ya manifestaron la intención de extender la cesión, convencidos de que el zaguero puede seguir siendo una pieza confiable en la última línea.
Sin embargo, no es el único pretendiente. Desde Uruguay, Nacional sigue de cerca su situación. El histórico “Bolso”, que apunta a romper una sequía de 37 años sin Copa Libertadores en 2026, ve en Giampaoli un perfil atractivo por edad, rodaje internacional y proyección. Por ahora, no hubo oferta formal, pero el interés está latente.
El propio futbolista ya se había referido meses atrás a su futuro con franqueza. En mayo de 2024, dejó en claro que su deseo es tener continuidad:
“Si está la posibilidad de quedarme sería algo muy lindo y si no, saldré a buscar minutos”.
“Soy hincha y mi familia también. Me queda el sueño de jugar en La Bombonera con mis viejos en la tribuna”.
Con pasos por Rosenborg BK de Noruega, Quilmes y Defensor Sporting, el defensor reúne experiencia y madurez. Ahora, la pelota está del lado de Boca: definir si vuelve, si se queda en Gimnasia o si abre un nuevo capítulo en Nacional. El mercado avanza y el tiempo apremia.