La ciudad de La Plata se prepara para vivir una de las propuestas culturales y espirituales más singulares de su agenda anual. El sábado 20 de diciembre, entre las 20 y las 23, se realizará una nueva edición de La Noche de los Templos, un evento que propone abrir las puertas de iglesias, santuarios y espacios religiosos para compartir con la comunidad visitas guiadas, música en vivo, exposiciones, proyecciones audiovisuales y charlas informativas.
Organizada por la Municipalidad de La Plata, junto a la Mesa de Diálogo Interreligioso y la Fundación Emile Coutaret, la iniciativa tiene un objetivo claro: poner en valor la diversidad espiritual y el patrimonio cultural que conviven en la ciudad, promoviendo el encuentro, el respeto y el diálogo entre distintas tradiciones de fe.
Durante tres horas, vecinos y visitantes podrán elegir entre un recorrido libre a pie o sumarse a un circuito guiado en bus turístico, especialmente dispuesto para la ocasión. Las actividades se desarrollarán en simultáneo, permitiendo que cada participante diseñe su propio itinerario según intereses y tiempos.
El trazado de La Noche de los Templos incluye siete paradas emblemáticas:
Catedral de la Inmaculada Concepción (20 a 23)
Iglesia Ortodoxa Griega San Nicolás (20 a 22.30)
Iglesia Metodista de La Plata (20 a 23)
Parroquia San Ponciano (20.30 a 23)
Iglesia Anglicana San Salvador (20 a 22.30)
Templo de la Comunidad Judía de La Plata (20 a 22)
Iglesia Armenia – Santuario María y Todos los Santos (20.30 a 23)
Cada espacio ofrecerá propuestas propias que combinan explicaciones históricas, expresiones artísticas y contenidos espirituales, en un clima de puertas abiertas y participación comunitaria.
Quienes opten por el transporte podrán acceder a un servicio especial de bus, con paradas en los distintos templos.
Subida y bajada libre
Cupos limitados
Valor del ticket: $5.000
Más allá de la agenda cultural, La Noche de los Templos funciona como un símbolo urbano: La Plata se muestra como una ciudad que reconoce sus diferencias, las integra y las transforma en experiencia compartida. En tiempos de fragmentación, la propuesta invita a detenerse, escuchar y caminar juntos, aunque las creencias sean distintas.