La Navidad es sinónimo de generosidad y en la localidad bonaerense de Trenque Lauquen, esta premisa cobró vida gracias al conmovedor esfuerzo de un trabajador municipal. Pablo Díaz, un recolector de residuos de 45 años y padre de cuatro hijos, se convirtió en el rostro de la ayuda social al garantizar la cena de Nochebuena y los regalos a más de 200 familias de bajos recursos.
Esta iniciativa solidaria, que se lleva a cabo por tercer año consecutivo, nació de una necesidad percibida en el día a día. Pablo, mientras recorría las calles de Trenque Lauquen en su camión, notaba la precariedad de muchas viviendas.
"Vi que mucha gente no tenía ni para comer. Se acercaba la Navidad y dije: 'tenemos que hacer algo'", relató el propio Díaz, quien es empleado de la Municipalidad en el área de Servicios Generales.

La cruzada, que comenzó con una simple publicación en Facebook y el apoyo de su esposa, Romina Gómez, se transformó rápidamente en una movilización comunitaria. Ciudadanos y comerciantes de Trenque Lauquen se sumaron, aportando alimentos no perecederos, juguetes, ropa y dinero. Incluso, la Municipalidad colaboró cediendo un salón para el acopio.
La dedicación de Pablo Díaz fue total: durante la jornada previa a la festividad, él mismo se encargó de preparar y repartir las más de 200 bolsas de alimentos (con pan dulce, garrapiñadas y sidra, entre otros) y los juguetes que llevaron la alegría a los hogares más necesitados de la ciudad.
El compromiso de este recolector de residuos no solo llenó mesas, sino que también revitalizó el espíritu de la Navidad en la comunidad, demostrando que la verdadera riqueza reside en la solidaridad.