lunes 29 de diciembre de 2025 - Edición Nº5389

Información General | 29 Dec

El detrás de escena del conflicto

AFA | El día que Grondona usó su poder y presionó a la FIFA para liberar a la Fragata Libertad

11:25 |Mientras la Cancillería avanzaba por la vía diplomática, una gestión paralela vinculada al poder del fútbol internacional habría influido para destrabar la retención del buque argentino en 2012.


En octubre de 2012, la Fragata ARA Libertad quedó retenida en el puerto de Tema, en Ghana, por un reclamo judicial impulsado por un fondo buitre contra la Argentina. A bordo había cerca de 300 tripulantes y la situación generó un conflicto diplomático de alcance internacional.

Mientras el Gobierno argentino avanzaba con presentaciones formales ante tribunales internacionales, en Buenos Aires comenzó a moverse otra vía menos visible: la del poder político dentro de la FIFA.

Según reconstrucciones posteriores, Julio Grondona, entonces presidente de la AFA y vicepresidente senior de la FIFA, tomó contacto con autoridades del organismo para reactivar una vieja denuncia contra la federación ghanesa. El planteo hacía referencia a presuntas irregularidades en la edad de futbolistas juveniles, una presentación que había sido realizada tiempo atrás por Cabo Verde y que permanecía archivada.

La instrucción fue clara: mantener el tema “en agenda”. Con ese respaldo, Grondona habría establecido contacto con el presidente de la federación de Ghana y dejó un mensaje directo: si la Fragata no era liberada, el país africano podía quedar expuesto a sanciones deportivas severas.

La advertencia no se limitó a lo disciplinario. También se pidió información vinculada a competencias oficiales y hasta se deslizó la posibilidad de intervenir en designaciones arbitrales, un terreno especialmente sensible dentro del sistema FIFA.

Durante esos días, en el marco del Mundial de Futsal que se disputaba en Bangkok, el rumor circulaba entre dirigentes: “liberen la Fragata o habrá consecuencias”. Poco después, Ghana comenzó a ceder, el conflicto judicial se destrabó y el buque pudo finalmente regresar a la Argentina.

Con el escenario ya resuelto, la postura cambió. Grondona bajó el perfil y, ante consultas posteriores, negó cualquier intervención directa. La denuncia desapareció y el expediente quedó sin efecto.

El episodio, poco documentado de manera oficial, expone cómo el poder informal del fútbol internacional funcionó como una herramienta de presión paralela en uno de los conflictos diplomáticos más delicados que atravesó el país en la última década.

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