La cuenta regresiva para recibir el Año Nuevo tiene un condimento ineludible en la ciudad: la milenaria y espectacular tradición de la quema de muñecos. Esta costumbre, que combina la creatividad vecinal con el ritual de despedir lo viejo y recibir lo nuevo con esperanza, se consolida una vez más como el evento de interés general más convocante de la madrugada del 1 de enero.

En distintos puntos, la comunidad se organiza para ofrecer verdaderas obras de arte efímeras que arderán ante los ojos de miles de personas.

El Corazón del Barrio Obrero

El Barrio Obrero se prepara para su gran celebración en la canchita de 159 entre 28 y 29. Bajo el lema "Tradición, barrio y fiesta", los muñecos ya están listos en 30 y 160, listos para ser fotografiados por vecinos y vecinas. La quema está programada para las 2:30 de la madrugada, en una propuesta que busca reunir a las familias y fomentar el encuentro comunitario, pidiendo la máxima responsabilidad para garantizar que sea una verdadera noche de buenos deseos.

El Clásico Ineludible

En el corazón de la fiesta popular, el "Cappuccino Asesino" se despide del año en su emplazamiento tradicional de calle 8 y 155. Este muñeco se ha convertido en un auténtico clásico local, y su explosión, pautada para las 2:00 horas del 1 de enero, simboliza el fin de un ciclo y el comienzo de otro. La quema del "Cappuccino Asesino" es un evento que históricamente reúne a la comunidad en un clima de alegría y celebración.

La Explosión de Berisso: El Ogro Gigante

Berisso también se suma a la euforia con un personaje de cuento: el imponente muñeco de Shrek. Esta figura, ubicada en 148 entre 14 y 15, es la manifestación del esfuerzo de un grupo de vecinos que trabaja arduamente por mantener viva la tradición. La quema del ogro está prevista para las 2:00 de la madrugada y sus organizadores están finalizando detalles. 

La expectativa es alta para esta noche cargada de creatividad y significado. Los muñecos, más que simples estructuras de madera y papel, son el símbolo tangible de un año que termina y la llama de la esperanza que se enciende con la llegada del nuevo.