Cada 31 de diciembre, millones de personas en la Argentina y en todo el mundo repiten un ritual que atraviesa generaciones: elegir el color de la ropa para atraer aquello que desean en el nuevo año. Prosperidad, amor, equilibrio emocional o bienestar son algunos de los anhelos que se proyectan a través de una prenda, un accesorio o incluso la ropa interior.
Desde la psicología del color, los especialistas coinciden en que los tonos no son neutros: estimulan emociones, refuerzan estados de ánimo y funcionan como anclajes simbólicos para comenzar un nuevo ciclo. No importa si la prenda está de moda o no: lo relevante es el mensaje que cada color transmite y la intención que se deposita en él.
Es el color más asociado a la abundancia, la prosperidad económica y la buena suerte. Pero su simbolismo va más allá del dinero: representa alegría, vitalidad, creatividad y optimismo. Desde lo psicológico, estimula la energía mental y favorece una actitud abierta frente a nuevos desafíos. Ideal para quienes buscan crecer y animarse a más en 2026.
El rojo es sinónimo de pasión, deseo, intensidad emocional y acción. Está ligado a la autoconfianza y la iniciativa personal. Quienes lo eligen suelen buscar fortalecer vínculos, iniciar relaciones o tomar decisiones importantes. Es el color de los cambios impulsados desde la valentía.
Simboliza la esperanza, la renovación y el crecimiento sostenido. No promete golpes de suerte inmediatos, sino procesos firmes y estables. Es elegido por quienes priorizan la salud emocional, el equilibrio y la estabilidad económica. Vestirse de verde es apostar al largo plazo.
Asociado a la ternura, el afecto y la armonía emocional, el rosa remite a un amor más calmo y profundo. Desde la psicología del color, se vincula con la empatía, el cuidado y la contención. Es ideal para quienes desean sanar vínculos o fortalecer relaciones existentes.
El blanco representa paz, claridad, orden y renovación. Es el color de los comienzos limpios y de la necesidad de dejar atrás lo que pesa. Para la psicología, transmite serenidad y simplicidad. Elegirlo es una forma de empezar el año liviano y enfocado.
El azul es el color de la tranquilidad, la confianza y el equilibrio emocional. Tiene un efecto calmante, reduce el estrés y favorece la concentración. Es recomendado para quienes buscan paz interior, estabilidad mental y mayor control emocional en el año que comienza.
El simbolismo no se limita a la vestimenta. Entre los rituales más populares se destacan:
Regalar o recibir flores amarillas para atraer alegría y prosperidad.
Decorar la mesa con colores claros para favorecer la armonía.
Usar accesorios del color elegido como refuerzo simbólico.
Diversos estudios confirman que los colores influyen en el estado de ánimo y la percepción emocional, por lo que elegir conscientemente con qué tono brindar a la medianoche se convierte en un gesto cargado de sentido: una manera íntima y activa de marcar el inicio del 2026.