martes 30 de diciembre de 2025 - Edición Nº5390

Información General | 30 Dec

más de dos décadas

Cromañón, 21 años después: la tragedia que cambió para siempre al rock y a la Argentina

08:53 |A más de dos décadas del incendio en República Cromañón, la conmemoración vuelve a poner en el centro no solo a las víctimas, sino también a las responsabilidades políticas, empresariales y culturales que hicieron posible una de las peores tragedias de la historia argentina.


Este martes se cumplen 21 años de la masacre de República Cromañón, una tragedia que marcó a fuego a varias generaciones y dejó una huella imborrable en la sociedad argentina. Familiares y sobrevivientes de las 194 personas fallecidas y de más de 1.400 heridos encabezarán una jornada de memoria, reflexión y reclamo de justicia en la Ciudad de Buenos Aires.

Las actividades, organizadas por No nos Cuenten Cromañón, comenzarán a las 18 horas con una misa en la Catedral Metropolitana. Luego, a las 19.30, se iniciará una marcha desde Plaza de Mayo hasta el Santuario de Cromañón, ubicado en la esquina de Mitre y Ecuador, en el barrio porteño de Balvanera. Allí, desde las 20.30, se realizará un acto central en homenaje a las víctimas.

“Volvemos a encontrarnos porque el dolor sigue, pero también la necesidad de memoria y justicia”, expresó Fabiana Puebla, sobreviviente de la tragedia, en diálogo con la agencia Noticias Argentinas.

La jornada contará con música en vivo y expresiones artísticas, con la participación del cantante Sebas Fernández, la cantora Ferni y el grupo Vamos Negrita, entre otros artistas que se sumarán a actividades paralelas en el estadio Malvinas Argentinas de La Paternal.
Lejos de un simple acto simbólico, la conmemoración busca mantener viva la memoria colectiva y advertir sobre los riesgos de la desidia estatal y empresarial.


La noche del 30 de diciembre de 2004


Cromañón era un boliche emblemático del circuito del rock argentino. Esa noche, Callejeros, una banda en pleno ascenso, se presentaba ante un público que desbordaba el lugar. Una bengala encendió el techo, construido con materiales altamente inflamables, y en pocos minutos el recital se convirtió en una trampa mortal.

Sin embargo, el fuego fue solo el detonante. El boliche albergaba unas 3.500 personas, cuando su capacidad habilitada era de apenas 1.031. Las salidas de emergencia estaban cerradas con candados, no funcionaban los matafuegos ni la manguera contra incendios, y no existía un plan de evacuación. Todo falló.

Las investigaciones judiciales determinaron que la tragedia fue consecuencia de una cadena de negligencias. Omar Chabán, dueño del local, fue condenado a 10 años y 9 meses de prisión. También fueron responsabilizados funcionarios del Gobierno porteño, entonces encabezado por Aníbal Ibarra, por graves irregularidades en los controles y habilitaciones.

Los integrantes de Callejeros recibieron penas de entre cinco y siete años de prisión. El cantante Patricio Fontanet fue condenado a siete años, el baterista Eduardo Vázquez a seis, y el resto de los músicos a cinco años. También fueron condenados el escenógrafo Horacio Cardell y el colaborador Raúl Villarreal.

A 21 años, Cromañón no es solo un recuerdo doloroso: es un símbolo del costo humano de la corrupción, la falta de controles y el desprecio por la vida. Cada aniversario vuelve a interpelar al Estado y a la sociedad sobre qué cambió y qué no desde aquella noche.

Porque Cromañón no fue un accidente. Fue una tragedia anunciada. Y por eso, la memoria sigue marchando.

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