El municipio de 9 de Julio se vio sacudido por un imprevisto que amenazó con paralizar un servicio esencial: un paro sorpresivo en la recolección de residuos. En un gesto que evoca la garra y la reacción inmediata propia de una final deportiva, la intendenta María José Gentile tomó una decisión drástica y de alto impacto: reclutó personalmente a un equipo de 20 funcionarios para salir a la calle y garantizar que la basura no se acumulara en las esquinas.

La medida, ejecutada en tiempo récord, buscó gambetear la paralización total del servicio, mostrando la capacidad de gestión de la jefa comunal ante la adversidad. Gentile no solo demostró liderazgo, sino también el compromiso de su plantel.

El equipo de veinte, compuesto por secretarios y otros altos cargos de la administración municipal, se vistió de improvisado personal de limpieza y se puso a trabajar de inmediato. Esta acción, que tiene un fuerte componente simbólico, buscó enviar un mensaje doble: por un lado, mantener la higiene urbana y evitar una crisis sanitaria; por el otro, demostrar a los vecinos y a los sindicalistas que la gestión no se detendrá.

La Intendenta María José Gentile logró así transformar una potencial crisis en una muestra de reacción institucional. Mientras se negocia la resolución del conflicto con los trabajadores, la estampa de los funcionarios municipales recogiendo bolsas de residuos se ha convertido en la imagen del día, destacando la vocación de servicio y la capacidad de la administración de 9 de Julio para jugar en todas las posiciones cuando la emergencia lo requiere.