Esta tarde, más de 50,000 policías, gendarmes y militares están desplegados en París, creando el mayor dispositivo de seguridad visto en la ciudad, con motivo de la ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos. Este operativo ha alterado significativamente el transporte y el funcionamiento habitual de la ciudad.

El ministro francés del Interior, Gérald Darmanin, ha destacado la magnitud de este dispositivo, calificándolo como el más grande que se haya implementado. Durante una visita a las fuerzas desplegadas, Darmanin, acompañado del prefecto de policía de París, Laurent Núñez, mencionó que se espera la presencia de cerca de 400,000 personas a lo largo de un tramo de seis kilómetros del río Sena, donde los barcos con los deportistas participantes navegarán. Esta área está completamente acordonada.

Además, cerca de un centenar de jefes de Estado y de Gobierno estarán presentes en una tribuna en el Trocadero, después de ser recibidos en el Palacio del Elíseo por el presidente francés, Emmanuel Macron, quien dirige la ceremonia.

Darmanin también aseguró que se han tomado medidas para resolver los problemas de transporte que han afectado a deportistas y árbitros debido a sabotajes coordinados en la red de alta velocidad francesa durante la madrugada. Estos sabotajes han perturbado tres de los cuatro grandes corredores ferroviarios del país. La Fiscalía de París está a cargo de las investigaciones, bajo la coordinación de la Subdirección Antiterrorista de la Policía (SDAT).

El ministro subrayó que estos ataques han tenido un impacto mayor en los viajeros de vacaciones que en los asistentes a la ceremonia de inauguración y enfatizó el compromiso de las autoridades para detener a los responsables lo antes posible, aunque evitó especular sobre la autoría de los sabotajes.